22/04/2024

El aumento de la pobreza llevó a numerosas personas a buscar alimentos en espacios que se esfuerzan por sostenerse ante la falta de recursos que llegan desde el Estado.


Una situación se replica en los barrios más humildes de la ciudad capitalina: la gente que busca un plato de comida, un vaso de leche o cualquier donación en los comedores y merenderos. En muchos de ellos, en los últimos meses han notado un importante incremento de la asistencia y apenas pueden seguir funcionando por los limitados recursos con los que cuentan.


Desde el comedor y merendero “Manantial de Vida”, ubicado en la chacra 252 de Posadas, Miriam Morales contó a PRIMERA EDICIÓN que en el barrio “la demanda creció mucho”. Ante esto, por la cantidad de familias que concurren, señaló que “nos arreglamos como podemos, porque la situación no mejora”.


Sucede que todo se vuelve cada vez más autogestivo por los recortes de alimentos que llegan desde el Ministerio de Desarrollo Social de Nación: “No recibimos los víveres completos para cocinar, a veces te dan un pollo, pero no te dan un arroz y está todo muy difícil”. En contacto con otros comedores y merenderos, con quienes conformaron una Red de Cocineras Comunitarias, remarcó que “esta situación la viven muchos compañeros y es muy lamentable”.


En el contexto actual, Morales explicó que “tenemos que comprar el gas, cuando todos acá cobramos el Potenciar Trabajo. Por eso, con nuestra propia movilidad y buscando en la planta distribuidora conseguimos el gas a 6.500 pesos, pero usamos tres garrafas al mes”.


Asimismo, precisó que cocinar se vuelve una tarea complicada porque “con los precios de hoy, no podemos comprar bolsas de papa, cebollas o zanahorias. Es muy triste y tampoco queremos hablar mal del Gobierno ni de nadie, pero es la realidad que vivimos”. En la demanda poblacional, detalló que mes a mes se incrementa y “antes servíamos de 12 a 15 jarras de leche, pero hoy estamos por arriba de las 25, el número mínimo”. Asimismo, explicó que “hace 15 días no recibimos víveres secos, pero recibimos donaciones en la semana para cocinar y así vamos estirando”. Lamentó además que “es muy estresante estar pensando si cocinamos o no, qué le decimos a los vecinos y los referentes de los comedores vivimos el día a día”.


Imagen


Actualmente, comentó que la situación lleva a que puedan funcionar dos días a la semana el almuerzo y un día a la semana la merienda. Sin embargo, Miriam Morales señaló que “todos los días tenemos gente que golpea las manos y pide alguna leche, azúcar o yerba”.


Con una pobreza que avanza en los barrios y con la proximidad de los días más fríos, “también nos traen ropa y entregamos a los chicos, porque nuestro trabajo va más allá de un plato de comida”. Es así que, para sostenerse, “no queda otra que hacer campañas, subir a las redes sociales, compartiendo por Whatsapp, porque es la única forma en que la gente responde”, agregó la cocinera comunitaria.


Piden donaciones para el merendero “Rayito de Sol” de barrio Fátima


Entre las campañas solidarias para ayudar en los barrios, solicitan donaciones de ropa y abrigos para las familias que acuden el merendero “Rayito de Sol” ubicado en barrio Fátima. En este espacio, cada vez más personas acuden a buscar ayuda, por la difícil situación económica que atraviesan.


Entre sus referentes, Florencia Do Santos contó a este Diario que “estamos asistiendo a casi 35 familias, donde mucha gente es del barrio Las Tacuaritas”.


Remarcó que “hoy en día hay muchísima necesidad, porque las cosas están muy caras y tenemos gente que prácticamente depende de los merenderos de toda la zona”. En este caso, se trata de un merendero hecho a pulmón entre los vecinos, que funciona hace un año: “Surgió porque mucha gente necesita un vaso de leche, un pan o plato de comida por la noche”.
NECESIDAD. Además de la merienda cocinan para las familias del barrio.
En este año de funcionamiento, señaló que “la demanda ha ido aumentando y con una olla de 80 litros, trato de hacerla llena para la cantidad de gente que viene”. Además, indicó que “ya trato de no recibir más gente porque no podemos con tanto y trato de hacer lo que está al alcance”.


Con las donaciones, precisó que “la gente colabora, tenemos una panadería que a veces nos dona algo de pan”. Entre las mayores necesidades, precisó que “necesitamos ropa, abrigos, frazadas, un techo donde podamos hacer la olla durante los días de lluvia, porque sino no podemos hacer nada cuando la madera se moja (cocinan con leña)”.


Para colaborar pueden comunicarse al 3765 153745 o acercarse hasta el merendero ubicado en barrio Fátima, en la manzana 60 casa 8.


 


Fuente: Primera Edición

DEPORTES