21/10/2016

La inmigración, la identidad, la inseguridad y el Islam están en el centro del debate, para beneficio de Marine Le Pen, que entraría en un balotaje.


A seis meses de las elecciones presidenciales en Francia se desconoce aún la lista de candidatos, pero la campaña está claramente dominada por los temas predilectos de la extrema derecha: la inseguridad, la inmigración, la identidad y el Islam.


Actualmente hay más de 20 candidatos declarados o potenciales para los comicios del 23 de abril y del 7 de mayo de 2017.


Del lado de la oposición de derecha, los franceses deberán esperar al 27 de noviembre para saber quién saldrá triunfante de las primarias de este campo, en las que hay dos grandes favoritos: el ex primer ministro y alcalde de Burdeos Alain Juppé, de 71 años, y el ex presidente Nicolas Sarkozy, de 61.


Por su parte, el presidente socialista François Hollande, que bate récords de impopularidad, aún no ha anunciado oficialmente si optará a un segundo mandato. Si decide no presentarse, su primer ministro, Manuel Valls, podría presentarse en su lugar. En cualquier caso, la izquierda tendrá que pasar por primarias en enero.


Frente a todas estas interrogantes, Marine Le Pen, de 48 años, ha tomado una ventaja importante: la presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN) partió desde enero de 2016 “al contacto” de los franceses para nutrir su proyecto presidencial.


Y los sondeos son unánimes: cualquiera que sea su adversario, Le Pen tiene grandes posibilidades de pasar a la segunda vuelta de las presidenciales, como lo hizo su padre, Jean-Marie Le Pen, en 2002.


En un país traumatizado por una serie de atentados yihadistas (238 muertos desde enero de 2015), la extrema derecha ya ha ganado una batalla ideológica, ya que la campaña electoral se ha centrado en sus temas predilectos.


“Somos el centro de la vida política francesa. Estamos frente a personas que copian nuestras propuestas”, declaró recientemente Marine Le Pen, refiriéndose principalmente a Nicolas Sarkozy.


A falta de diferencias importantes en el plano económico, el ex jefe de Estado se ha apoderado del tema de la identidad nacional para distinguirse de sus rivales en las primarias.


Sus contrincantes han tenido que posicionarse en este tema. El moderado, Alain Juppé, de 71 años, propone una “identidad feliz”, sin sucumbir al miedo del Islam. Con esta línea ya ha conquistado al centro y espera atraer votos del electorado de izquierda, decepcionado de Hollande.


Hollande, de 62 años, se presenta por su parte como el garante del “estado de derecho” frente a los “excesos” de sus rivales en los temas de seguridad.


Sus detractores lo acusan de querer asumir un rol de “padre de la nación” para hacer olvidar su fracaso en el ámbito del empleo. El presidente aseguró hace un tiempo que no se presentaría a un segundo mandato si no lograba disminuir el desempleo, que ronda el 10%.


 



Fuente: AFP

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