La encuesta sobre Juegos de Apuestas en Adolescentes del Iplyc, Defensoría del Pueblo e Ipec, destaca que la mitad de los jóvenes encuestados en Posadas conoce a familiares que juegan o han jugado, lo que subraya la normalización de esta actividad y la necesidad de atención en los ámbitos social y educativo.
El creciente uso de los juegos de apuestas online entre adolescentes encendió las alarmas de directivos, docentes, familias y profesionales de la salud mental. En Posadas, para abordar esta preocupación, se llevó a cabo una Encuesta sobre Juegos de Apuestas en Adolescentes (EJAA), realizada a finales del año pasado, por la Defensoría del Pueblo de Posadas, el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC) y el Instituto Provincial de Lotería y Casinos Sociedad del Estado (IPLyC S.E.). El estudio, que encuestó a 4,337 estudiantes de 12 a 20 años, busca ser un punto de partida para la formulación de políticas públicas en áreas como la educación, la salud y el bienestar social.
Uno de los hallazgos más significativos y preocupantes del informe es la influencia del entorno familiar en la exposición de los jóvenes a las apuestas. Según los resultados, "poco más de la mitad del total de adolescentes escolarizados (51%) expresó que tiene familiares que juegan o han utilizado juegos de apuestas". Este dato revela que el juego no es una actividad ajena para gran parte de los adolescentes, sino una práctica presente en sus círculos más cercanos, lo que puede normalizarla y reducir la percepción de los riesgos asociados.
Además, el estudio señala que casi el 40% de los adolescentes considera que sus padres o adultos responsables también utilizan en exceso los dispositivos tecnológicos, lo que muestra un patrón de comportamiento en el hogar.
Adolescentes vulnerables y sin control
El informe también destaca otros factores que aumentan la vulnerabilidad de los adolescentes frente a los juegos de apuestas. Por un lado, la mayoría (81.5%) de los jóvenes encuestados no tiene ningún tipo de restricción o límite en el uso de su teléfono celular, lo que les otorga una libertad casi total para acceder a plataformas de juego. A esto se suma que "un cuarto (25.0%) del total de adolescentes escolarizados, comenzó a utilizar dispositivos tecnológicos... a los 6 años de edad o menos", lo que indica una familiaridad temprana con las pantallas y la tecnología.
El informe también menciona que la exposición a la publicidad en redes sociales, plataformas digitales y medios de comunicación en general, sumada a la falta de controles de edad efectivos, generó una gran preocupación. Los adolescentes son particularmente susceptibles a las consecuencias negativas del juego debido a que su desarrollo cerebral aún está en proceso, lo que puede llevarlos a comportamientos impulsivos y a una menor capacidad para evaluar las consecuencias de sus actos.
Más de un tercio de los jóvenes ya apostó
El impacto de estos factores se refleja en la prevalencia del juego. La encuesta revela que "más de un tercio (36.5%) (de los adolescentes) participó en algún momento de estos juegos, y de éstos, casi un 12.0% continúa haciéndolo". Los resultados de este estudio son un llamado de atención urgente para que la sociedad, las instituciones educativas y los padres tomen medidas concretas para sensibilizar a los jóvenes sobre los riesgos del juego patológico y promover un uso más responsable de las tecnologías.
Fuente: El Territorio