“Nunca les apunté con un arma de fuego”, declaró el presidente de la Franja y aseguró que todo es una movida política de la oposición que pretende llegar al club en enero

Luego de las acusaciones que recayeron sobre Patricio Vedoya por supuestas amenazas a jugadores del plantel de Guaraní, el propio presidente de la Franja dio una conferencia en el club de Villa Sarita y desmintió las intimidaciones, al tiempo que acusó a la oposición de generar un clima espeso en torno a las posibles elecciones del próximo 20 de enero.

En cuanto a lo que sucedió el martes por la mañana, momento en el que se habrían producido las amenazas en inmediaciones del club, Vedoya aseguró que “les vine a explicar a los capitanes y a hablar con algunos chicos cómo estaba el tema del subsidio para Guaraní (con el cual el plantel cobraría la deuda económica) y para saber por qué habían tomado esa medida (no entrenarse en el club)”.

“De mi parte no fue de la mejor manera”, reconoció Vedoya en referencia a cómo se dio el diálogo, pero remarcó durante varios momentos que luego se realizó el entrenamiento. “Molesta porque se confió en un plantel de chicos misioneros, que estuvieron cerca de ganar el Provincial y que nos la clasificación a este Regional. Molesta la actitud, porque esta comisión directiva los apoyó. Eso molestó”, expresó el mandamás de la Franja.

“De mi parte no fue de la mejor manera, pero nunca les apunté con un arma de fuego y se sabe que en enero tenemos elecciones en el club y esto es un acto mediático para que los otros (la otra lista) pueda venir con mayor poder”, indicó Vedoya.

Hace ya varias semanas que las posibles elecciones en Guaraní suma capítulos, idas y vueltas y versiones encontradas sobre los manejos dentro y fuera del club de quienes están y de quienes pretenden estar al frente del club de Villa Sarita.

“No vine a expresar que me voy a ir porque yo quiero seguir en Guaraní, pero por todas estas cuestiones (acusaciones) no puedo seguir en Guaraní porque no me hace bien a mí y tampoco le hace bien a Guaraní”, avisó, pero explicó que “si me voy en este momento, por cuestiones con Personería Jurídica, se caería lo del subsidio”. Es decir, no llegaría el dinero para el pago que reclama el plantel.

“Pensaba que podíamos obtener un buen resultado en esta competencia, pero con este tipo de manejo con estos chicos no creo que se pueda lograr. Ojalá me tapen la boca y ganen el ascenso y me digan ‘tomá es para vos’”, se sinceró respecto de lo deportivo.

El sábado a partir de las 20.30, Guaraní será local ante Belgrano de Curuzú Cuatiá por la ida de la Tercera Etapa del torneo Regional y en este contexto más que complejo, los dirigidos por Alejandro Ormos tendrá que tratar de dejar de lado lo extra futbolístico.

“Ojalá me puedan respaldar. Vine a trabajar y por distintas situaciones quedé en el medio. Ojalá el sábado podamos lograr un buen resultado. Recién hoy pude trabajar con el plantel completo”, contó el DT Ormos, al tiempo que explicó que por el momento nadie fue excluido, aunque avisó que “no es un partido para cualquiera”. “Lo psicológico tiene un valor muy importante y veremos quién está para jugar”, aseguró.

Luego, Vedoya remarcó el tema del subsidio y el atraso en el pago al plantel: “No se le debería deber a nadie, pero este plantel está sabiendo lo que pasa que la comisión directiva está esperando un subsidio para pagarles y ese dinero todavía no salió de las arcas del Gobierno. Nosotros tenemos que esperar y ellos tienen que esperar para recibir el dinero”.

Al momento de hablar sobre la posible denuncia de los jugadores hacia Vedoya, el que tomó la palabra fue Eduardo Messa, abogado de Vedoya, y aseguró que “si recibimos una notificación sobre alguna denuncia penal, nos presentaremos ante la Justicia. Por el momento no recibimos nada”, cerró el letrado.

En definitiva, las aguas siguen muy agitadas en Villa Sarita y el fin de semana seguramente se vivirá un clima complicado, dentro y fuera de la cancha porque de ahora en más los partidos de Guaraní tendrá, al parecer, no solamente condimentos deportivos, sino también un clima político muy denso.

Por Diego Vain
 

Fuente: El Territorio