18/08/2024

Brasil es el país con más contagios y el estado de Santa Catarina concentra 169 casos. Argentina se mantiene en vigilancia epidemiológica y hay alerta regional. Es transmitido por el mosquito Culicoides paraensis, conocido como polvorín


La fiebre de Oropouche (Orov), una enfermedad viral transmitida por mosquitos, está encendiendo alarmas en Argentina debido a su rápida expansión en la región. Con síntomas similares a los del dengue, el virus ya afectó a 8.078 personas en países de América Latina: Brasil, Bolivia, Colombia, Perú y Cuba. En Brasil, donde se concentra la mayoría de los casos, se registraron 7.653 contagios y dos muertes confirmadas, con otra bajo investigación. Dada la proximidad geográfica con estos países, especialmente en las provincias del NOA y NEA, las autoridades argentinas se mantienen en alerta ante la posible llegada de la fiebre de Oropouche al territorio nacional.


En ese marco, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los estados miembros a que “refuercen la vigilancia e implementen el diagnóstico de laboratorio para la identificación y caracterización de los casos, incluyendo casos fatales y de transmisión vertical potencialmente asociados a la infección por Orov”.


El Ministerio de Salud de Nación, en tanto, se mantiene en vigilancia epidemiológica constante y en comunicación mediante el Centro Nacional de Enlace con las contrapartes de Brasil y Bolivia para la actualización de la situación epidemiológica de dichos países.


No se registran contagios en el territorio argentino hasta la actualidad. Aunque el antecedente que presenta el país es de 2005 de ocho muestras positivas por RT-PCR de pacientes de Jujuy, esto se conoció a partir del estudio de muestras de sueros pertenecientes a pacientes “con síndromes febriles inespecíficos o clínica compatible con dengue y con resultados negativos para DEN y encefalitis de San Luis, provenientes de las provincias de Jujuy, Salta, Buenos Aires, Formosa, Santa Fe, Tucumán, Corrientes, Misiones y Córdoba”, según se detalla la circular de vigilancia de esta arbovirosis de la cartera sanitaria nacional.



 Presente en la frontera


La fiebre de Oropouche es una enfermedad zoonótica transmitida a los humanos principalmente por la picadura del jején Culicoides paraensis que se encuentra en América del Norte, América Central, Caribe llegando hasta Argentina y Uruguay.


 Uno de los estados que más casos tiene en Brasil es Santa Catarina, fronterizo con Misiones, donde según los datos del Ministerio de Salud del vecino país se cuentan 169 contagios. La mayor cantidad se concentra en el Amazonas.


 Hay en Brasil dos muertes confirmadas a causa de la enfermedad y otra que se encuentra en investigación; este último caso es el de un hombre de 57 años, “residente del municipio de Apucarana, estado de Paraná, con probable lugar de infección en el estado de Santa Catarina”, evidencia la alerta emitida por la OPS.



 Las arbovirosis viajan ágilmente a través del cuerpo de las personas lo que favorece a su rápida distribución y contagios. Teniendo en cuenta la proximidad con Brasil y el flujo de misioneros (y argentinos en general), que año a año viaja a las playas brasileñas, la información respecto a la enfermedad debe estar al servicio del viajero al igual que las medidas de prevención.



 Su presencia es abundante en los meses cálidos y lluviosos. A diferencia del Aedes aegypti (transmisor del dengue y otros virus) que deja sus huevos en recipientes de agua estancada, el Culicoides paraensis lo pone en lugares húmedos como barro, excremento, estiércol mezclado con tierra, entre otros. “Eclosionan hasta su estadio larvario en tres a diez días, sin embargo se deben realizar mayores investigaciones al respecto. Los sitios donde se reproducen facilitan la transmisión a los animales y humanos que vivan en las proximidades de estos lugares”, detalla la circular.


 “Los culicoides son mucho más chiquitos que un mosquito Aedes aegypti. También se los conoce como polvorines, su nombre popular se diferencia dependiendo el lugar. Este insecto está distribuido en todos lados, es muy común”, comentó a El Territorio, Fabricio Tejerina, biólogo y director de Vigilancia y control de vectores de la Municipalidad de Posadas.


 Al no compartir nicho ecológico con el mosquito transmisor del dengue no es posible detectar su presencia cuando se hace el Levantamiento de Índices Rápidos de Aedes aegypti (Liraa), sin embargo, Tejerina, indicó: “Lo vamos a empezar a ver cuando hagamos recolección de flebótomos porque comparten un poco la ecología y vamos a ver si caen en las trampas de adulto que colocamos. Pero todavía no lo estamos buscando”.



 En ese contexto, remarcó que para ello es necesario capacitaciones y recursos, “los presupuestos y políticas generales del tema son cada vez menos, hay más dificultad y menos profesionales”.


 Así, recomendó que, al compartir sintomatología con el dengue, una vez descartado este virus es necesario buscar anticuerpos para la fiebre de Oropouche. “El Estado debe continuar con las campañas de promoción, prevención, ampliar los programas. Tiene que haber equipo de control de vector en cada municipio con gente capacitada, tienen que funcionar las redes de laboratorios de capacitación en todos los sentidos con estas enfermedades.



La fiebre de Oropouche


Es una enfermedad zoonótica transmitida a los humanos principalmente por la picadura del jején Culicoides paraensis. Se aisló por primera vez en 1955 Vega de Oropouche, Trinidad y Tobago.


Procedencia


El jején Culicoides paraensis se encuentra en América del Norte, América Central, Caribe llegando hasta Argentina y Uruguay.


Contagios


Uno de los estados que más casos tiene en Brasil es Santa Catarina, fronterizo con Misiones, donde según los datos del Ministerio de Salud del vecino país se cuentan 169 contagios.


Los huevos


A diferencia del Aedes aegypti, el Culicoides paraensis pone sus huevos en lugares húmedos como barro, excremento, estiércol mezclado con tierra, entre otros.



Cuáles son los síntomas y cómo prevenirlos


Después de un periodo de incubación de cinco a siete días los pacientes experimentan fiebre alta, cefalea con fotofobia, mialgias, artralgias y, en algunos casos, exantemas, aunque también podrían darse vómitos y hemorragias, manifestándose en forma de petequias, epistaxis y sangrado gingival. La infección puede durar hasta tres semanas


 El Ministerio de Salud de Nación mencionó además que en situaciones excepcionales, el Orov puede provocar meningitis o encefalitis. En estos casos, los pacientes muestran síntomas y signos neurológicos como vértigo, letargia, nistagmos y rigidez de nuca.


 Las personas pueden ser fuente del virus durante tres o cuatro días durante el período virémico. El virus puede ser detectado en el líquido cefalorraquídeo (LCR).


Actualmente, no se disponen de vacunas ni medicamentos antivirales específicos para prevenir o tratar la infección por Orov. “El enfoque del tratamiento es paliativo, centrado en aliviar el dolor, rehidratar al paciente y controlar cualquier vómito que pueda presentarse. En situaciones donde la enfermedad se manifieste de forma neuroinvasiva, será necesario el ingreso del paciente en unidades especializadas que permitan un monitoreo constante”.


 



Fuente: El Territorio

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