26/05/2023

La venta se mantiene, pero en abril hay remedios con alzas del 16% y en mayo rondan el 8 a 10%. Preocupa en especial a las personas que siguen tratamientos a largo plazo. El convenio nacional venció en marzo; hay aumentos por sobre la inflación
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Desde 2021 la industria farmacéutica y el gobierno nacional tenían un acuerdo para que los medicamentos aumenten de manera “predecible”. La idea era que los valores tengan una suba máxima de hasta un punto por debajo del índice de precios al consumidor (IPC) nivel general del mes anterior. Los convenios se renovaban cada 30 o 60 días, pero el último acuerdo culminó el 31 de marzo pasado y ya no hubo renovación.


De allí en más los precios de varias especialidades médicas vienen incrementándose por encima de la inflación. Según el análisis que realizó el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), en el caso de los medicamentos más usados, el incremento promedio medido en abril fue del 16,7%, período en el cual la inflación general llegó a 8,4% en base a lo que informó el Indec.


De esta forma, el acumulado de subas para el primer cuatrimestre del año, medidos los precios entre el 1 de enero y el 30 de abril llegó al 31,3%. En ambos casos los valores están muy por encima del IPC nivel general y de las expectativas inflacionarias. En la provincia la tendencia se repite, en diálogo con El Territorio desde la Cámara de Propietarios de Farmacias y Botiquines Misiones dijeron que sólo en mayo hubo remedios recetados que ya subieron entre el 6 y el 8% y algunos de venta libre que llegaron al 10% este quinto mes del 2023. Pero la tendencia es dispar: mientras unos suben, otros se mantienen, lo que complica hacer previsiones.



“Estamos a la espera de novedades al respecto”, dijo Alberto Ruiz, de esa cámara empresaria local.



Nuevas listas de precios



“Hubo productos que no aumentaron nada y existen otros que aumentaron bastante”, agregó Ruiz y acotó que esta misma semana recibieron nuevas listas de precios en varias especialidades medicinales.


Consultado sobre qué pasa con las ventas en los mostradores de las farmacias, afirmó que se sostienen. “Están acorde a la época, pero tengamos en cuenta que todavía nuestro otoño se parece más a una primavera y no aparecen recetas más complejas, como cuando las patologías bronquiales están más en evidencia. De cualquier manera, podemos decir que también en promedio la cantidad de recetas que se están dispensando es similar a la de otros años”, señaló.


Los productos más usados


Por su lado, Rubén Sajem, quien conduce a nivel nacional el Ceprofar, en entrevista con este medio sostuvo que los laboratorios aumentaron “mucho” los medicamentos, principalmente los más usados.


Explicó que con este convenio se había logrado contener los valores. “Si no se hace un nuevo acuerdo, si no se regula de alguna manera el precio de los medicamentos, va a empezar a traer problemas, porque los aumentos son muchos”, comentó.


Desde su perspectiva los valores no están justificados por diferentes motivos. Uno de ellos es porque la mayoría de los productos tienen una larga trayectoria y no son innovaciones médicas.


“¿Por qué tienen que aumentar los medicamentos al ritmo de la inflación general? Los costos de los laboratorios están ligados en gran parte a las materias primas e insumos importados que consiguen con el precio del dólar oficial y ese tipo de cambio no aumentó a nivel de la inflación”, explicó.


Otro factor que incide -acotó- es la estrategia de marketing y la búsqueda de maximizar ganancias por parte de las farmacéuticas, en la cual la misma droga tiene diferencias de nueve veces según el laboratorio que lo produce.


Así, puso en números que la suba del dólar oficial ronda el 22% y los medicamentos un 31% en los primeros cuatro meses del año.


Cuando se le preguntó si es viable lograr un nuevo pacto entre las partes, dijo que lo ve muy complicado.


“El de los laboratorios es un rubro difícil. Son 17.000 especialidades medicinales, es decir, 17.000 medicamentos que hay que regular, y eso es muy difícil. Se trató de hacer un listado con un precio más accesible -algo similar al programa Precios Justos-, pero los laboratorios nunca lo aceptaron porque quieren la libertad de prescripción por parte de los médicos. Y estos últimos siempre se inclinan -por diferentes razones- por los medicamentos más caros”, cerró.


Costos en las farmacias


Los diez medicamentos más recetados por obras sociales y prepagas tuvieron aumentos dispares en abril, último mes relevado.


Por ejemplo, la metformina 850 por 100 comprimidos que el 1 de abril valía $6.535,30 cerró ese mes a $7.435,57; la levotiroxina 100 mg por 50 comprimidos del principal laboratorio valía $3.088,73 el 1 de abril y cerró el mes a $3.589,86; el omeprazol 20 mg por 28 unidades costaba $4.317,91 y cerró abril a $4.997,27.


La atorvastatina 10 mg por 60 comprimidos costaba $9.376,01 y finalizó abril a $10.785; la sertralina 50 mg por 30 comprimidos valía $4.085,91 y terminó abril a $4.824,62.


En tanto, el salmeterol-flucticasona costaba $15.575,64 y cerró abril a $18.231,50; el enalapril 10 mg por 60 comprimidos valía $2.941,37 y terminó abril a $3.404,93; el clopidogrel 75mg por 30 comprimidos tenía un costo de $8.957,49 y cerró a $10.576,95.


La tamsulosina 0,4 mg por 60 comprimidos valía $11.829,97 y cerró abril a $12.523,03 por último el losartán 50 mg por 30 unidades costaba $3.532,35 y cerró a $4.089,04.


Algunas consecuencias del incremento en los importes de los medicamentos


“Está demostrado que cuando los medicamentos aumentan mucho y por encima de los salarios, se los deja de usar", Ruben Sajem, del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar)


Para Ruben Sajem, del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), las fuertes subas que están teniendo los fármacos puede traer serios problemas, principalmente en aquellas personas que deben seguir tratamientos a largo plazo.


“Está demostrado que cuando los medicamentos aumentan mucho y por encima de los salarios, se los deja de usar. Incluso hay riesgo para aquellos tratamientos crónicos en los que el paciente los deja de tomar su pastilla porque a lo mejor no ve que haya un efecto a corto plazo, o toma menos dosis, pero a la larga sí les genera un problema de salud”, explicó.


“Eso es lo que pasa cuando los medicamentos y alimentos aumentan mucho y la gente tiene que elegir entre comer, pagar los impuestos y usar un medicamento”, añadió.


 Y siguió: “Estamos en la situación de que un ibuprofeno de 600 miligramos de la marca más conocida sale más de 1.200 pesos. Esto es un caso en analgésicos para el dolor, que a lo mejor la gente trata de evitar comprarlos, pero cuando se trata de un medicamento para el control de la presión arterial, la diabetes, la regulación del colesterol, que son medicamentos mucho más caros, es muy riesgoso dejar de tomarlos”.


Otro inconveniente a futuro podría ser la desfinanciación de las obras sociales. “El drama es para la gente que lo tiene que pagar de su bolsillo o que tiene que hacer un copago a través de obras sociales y prepagas. Pero también es un problema serio para la seguridad social. Tengamos en cuenta que más del 60% de los argentinos consiguen sus medicamentos a través de una obra social, entonces hay que ser muy cuidadoso con los precios”, finalizó.



Por Esteban Bueseck
interior@elterritorio.com.ar



Fuente: El Territorio

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