22/05/2023

Según indican los expertos, se instalaría en junio y se intensificaría en primavera y verano. Desde el sector agrícola se mantienen en alerta ante las precipitaciones en la provincia


Los especialistas en meteorología de Misiones aseguran que el fenómeno climático El Niño está cerca. La región aún continúa en un período neutral, pero se anticipa que a mediados de junio se instale con abundantes lluvias. Se prevé que sea un fenómeno moderado en un 60%, mientras que el otro 40% de los expertos anticipan un panorama crítico. Se trata de un evento con lluvias copiosas, tormentas, tornados, fuertes ráfagas de viento y altas temperaturas.


Luego de tres años y medio de La Niña -el cual llegó a su fin y trajo sequía prolongadas, escasez de precipitaciones y altas temperaturas- se aproxima el fenómeno contrario.


A la fecha, hay un 62% de probabilidad de que las condiciones de El Niño comiencen pronto, es decir, entre junio y julio, y se intensificaría los demás meses. Otros expertos, afirman que ya llegó para quedarse con las primeras precipitaciones repetitivas de mayo. Es preciso y todos los especialistas coinciden en que duraría como mínimo ocho meses.


El Niño


Según un comunicado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), “la mayor variación que experimenta el sistema climático de la tierra en escalas de tiempo desde estacionales hasta anuales está asociada a las condiciones características de los fenómenos de El Niño y La Niña, que pueden afectar al tiempo y al clima en todo el planeta. Estas condiciones se alternan en un ciclo irregular denominado El Niño‑Oscilación del Sur denominado Enos”.



Al respecto, Favio Cabello, meteorólogo y director general de la Opad en Posadas, afirmó que el fenómeno El Niño comenzó con las primeras precipitaciones en mayo. “Las inscribo como episodio inaugural de este fenómeno en la provincia, porque en los satélites se observaban burbujas de aire caliente en la nubosidad y humedad en la región”.



Por su parte, Daniel Fernández Catá, titular de la dirección de Alerta Temprana dependiente del Ministerio de Ecología de Misiones, sostuvo que “El Niño está pronosticado, pero aún no se está pronunciando porque faltan factores, está en proceso. Para nuestra región traerá lluvias recurrentes por encima de lo normal en el último trimestre de este año y el primer trimestre del 2024”.


Cabe mencionar, que para el sector productivo -que aún se está recuperando de las últimas y prolongadas sequías- traerá consecuencias extremas sobre todo para los cultivos a cielo abierto e invernaderos.


A nivel mundial


La OMM explica que “El Niño es un patrón climático de origen natural asociado al aumento de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico tropical. Se produce en ciclos que van desde los dos hasta los siete años, y los episodios suelen durar entre nueve y doce meses”.



Los episodios del mencionado evento suelen estar asociados a un incremento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de América del Sur, el sur de los Estados Unidos de América, el Cuerno de África y Asia central. Por el contrario, también puede provocar graves sequías en Australia, Indonesia y partes del sur de Asia. Por ende, durante el verano del hemisferio norte, las aguas cálidas debidas al fenómeno pueden intensificar los huracanes en las zonas central y oriental del océano Pacífico, mientras que dificultan la formación de huracanes en la cuenca atlántica.


En muchas regiones del mundo, los efectos de este en las condiciones meteorológicas y climáticas serán los contrarios a los del prolongado episodio de La Niña, y es probable que se produzca un aumento de las temperaturas mundiales.


Tras el aporte de los Centros Mundiales de Producción de Predicciones a largo plazo de la OMM y en la evaluación de los expertos, hay una probabilidad del 62% de que las condiciones neutras en cuanto a El Niño evolucionen y se instaure su primer episodio durante los meses de mayo a julio de 2023. Ese porcentaje aumenta hasta el 70% para el período de junio a agosto, y en el 80% para el período de julio a septiembre.


Por el momento, nada permite pronosticar la intensidad o su duración.


Efectos


“Acabamos de vivir los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que durante los tres últimos años el episodio de La Niña ejerció un efecto de enfriamiento que ralentizó transitoriamente el incremento de la temperatura mundial. Lo más probable es que la instauración de un episodio de El Niño provoque un nuevo repunte del calentamiento global y aumente las probabilidades de batir récords de temperatura”, declaró el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.


A nivel mundial, un informe sobre el clima manifiesta que el 2016 es el año más cálido jamás registrado debido a la combinación de dos factores: un episodio de El Niño muy intenso y el calentamiento inducido por la actividad humana a raíz de los gases de efecto invernadero.


Cabe remarcar que el efecto en las temperaturas mundiales suele manifestarse al año siguiente de la instauración de este fenómeno, por lo que probablemente sus consecuencias serán más notorias en 2024.


“El mundo debe prepararse para la formación de El Niño, que suele asociarse a un aumento del calor, las sequías o las precipitaciones en distintas partes del mundo. Podría aliviar la sequía que sufre el Cuerno de África, así como otros efectos causados por La Niña, pero también podría desencadenar más fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Esto pone de relieve que, para proteger a la población, la iniciativa de las Naciones Unidas denominada Alertas Tempranas para Todos es imprescindible”, expresó Taalas.


La OMM detalla que no suceden episodios de los fenómenos climáticos de la misma manera y sus efectos dependen, en parte, de la época del año. Por ello, la OMM, los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) siguen de cerca la evolución del evento meteorológico.


Fenómeno en proceso


Fernández Catá, director general de Alerta Temprana del Ministerio de Ecología de Misiones, indicó que “nos encontramos en una etapa de neutralidad porque el fenómeno El Niño todavía no se produjo debido a que hay factores que aún no están sucediendo”.


Detalló que es un fenómeno que nace en el Pacífico tropical, “necesita del calentamiento de las aguas en el océano y también debe haber una reacción de la atmósfera en la región, que aún no se registraron”.


“Los vientos en la región siguen siendo los mismos, no hubo variación. Por lo que El Niño no se está produciendo”, añadió.


En cuanto a la labor de la Dirección de Alerta Temprana, contó que “deben concentrar y analizar la información que llegue de los distintos centros de referencia en materia climática a nivel global y difundirlos”. También, desde la dirección se encuentran expectante para alertar a la población y evalúan de cerca las novedades de todos los centros “sobre todo de los organismos meteorológicos de la cuenca del Pacífico que son los que generan mayores datas respecto al fenómeno”.


Por otro lado, explicó “que son altas las probabilidades de que el evento suceda, por ello la OMM sacó un comunicado los primeros días de mayo avizorando la posible situación y su comienzo en mayo, pero con más probabilidades a partir de junio o más tardar julio”.


Según Fernández Catá, “para nuestra región traerá lluvias recurrentes por encima de lo normal en el último trimestre de este 2023 y el primer trimestre del 2024”. No obstante, aclaró que aún no hay nada que indique la intensidad o la duración de episodios de El Niño.


También, remarcó que habrá un gran aumento de temperatura: “Este fenómeno parte de un calentamiento del océano Pacífico, se transmite a la atmósfera y va a influir aún más en el calentamiento global. La OMM advierte que la población deberá estar preparada para afrontar temperaturas muy altas”.


Luego, acotó que esto significa un nuevo repunte del calentamiento global “que traerá otros récord de temperaturas”.


Por su parte, Favio Cabello, meteorólogo y director general de la Opad, sostuvo que “desde su punto de vista, el fenómeno El Niño tuvo su episodio inaugural con las primeras lluvias de mayo en Misiones”. Adjudicó que se trata de El Niño costero: “En las imágenes de los satélites se veía como las burbujas de aire caliente atravesadas en nubosidad atravesaban el desierto de Atacama y el noroeste argentino”.


Luego, detalló que según los estudios del fenómeno existe una estadística promedio que podría durar 8 meses. “Se estudia desde el 1.900 hasta la fecha. Hubo fenómenos que duraron 6 meses y otros dos años, pero lo mismo sucedió con La Niña que creíamos que duraba 8 meses y duró tres años y medio. Estadísticamente va a durar toda la primavera y verano en Misiones como duración mínima”.


También indicó que dicho fenómeno toma fuerza en los meses lluviosos como ser septiembre, octubre o noviembre. “Es altamente probable que tendremos una primavera con muchas tormentas. Con más lluvias, vientos fuertes, granizos, inclusive con tornados”, anticipó.


Para recordar, Cabello habló sobre el tornado de Santa Rosa el pasado 7 de septiembre que se produjo dentro de un evento del niño moderado. “En el mejor de los casos, todos los centros climáticos de El Niño, están hablando de un fenómeno moderado en un 60%, mientras que el 40% habla de un niño poderoso o fuerte”. Los niveles se producen en débil, moderado y fuerte.


“La Niña en oportunidades fue débil, pero el opuesto siempre nos trajo problemas por su intensidad. El último Niño moderado fue en el 2009, después hubo en el 2016 pero fue débil”, mencionó.


Cabello habló de consecuencias urbanas y rurales. “En la parte rural los invernaderos y los cultivos a cielo abierto son destruidos por este tipo de fenómeno. Crecen los arroyos y ríos y se inundan los caminos. Exceso de lluvia en la producción”. Por otra parte, en las zonas urbanas dijo que “significa voladura de techo, rotura de techos precarios, caída de poste, árboles y ramas, cortes de luz y otras series de cuestiones que complican la vida diaria”.


Lo que dejó La Niña


Tras tres años y medio de fuerte presencia sobre la región, el fenómeno climático de La Niña llegó a su fin. Así lo confirmaron diferentes reportes de diversos organismos entre los que están el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) a finales del mes pasado. Escasez de lluvias, sequía y pérdidas millonarias para el sector productivo así como falta de agua para consumo humano y de animales fueron una constante en el período que duró, lo que a su vez ocasionó incendios y temperaturas récord.


El evento climático es cíclico, fue el más largo del que se tenga registro en la historia y se produce principalmente por el enfriamiento de las aguas del océano, lo opuesto al fenómeno El Niño.


Sobre las temperaturas en consonancia con La Niña, en enero de 2022 se vivió la ola de calor más larga de la historia en Misiones. El 24 de enero de ese año la temperatura llegó a 42,5°, valor récord en Posadas.


En cuanto a las lluvias, se sintió la escasez de precipitaciones de manera constante sobre todo en los meses de verano. En diciembre de 2021, por ejemplo, cayeron apenas 13 milímetros en la capital misionera.


Por último, hubo incendios donde cientos de hectáreas de bosque nativo e implantado se quemaron en el verano pasado, a la vez que hubo pérdidas millonarias en el sector agrícola.



 Condiciones poco favorables para el sector productivo


Para el sector productivo también traerá consecuencia. El fenómeno climático El Niño es el opuesto a La Niña que trajo sequías prolongadas y escasez de precipitaciones. Por ende, el sector productivo se recupera de las últimos años de suelo seco y tendrá que prepararse para afrontar las abundantes lluvias que, según los especialistas, traería El Niño.


Al respecto José Olinuk, responsable del sector de agrometeorología del Inta Cerro Azul, indicó que en abril llovieron 103, 9 milímetros en la zona Sur de Misiones, menos que el promedio que es 191,4. “En abril estuvimos por debajo, pero en marzo llovió más que el promedio. Cayó un total de 208,3 milímetros”. Luego, contó que comenzó la época de lluvias. “Enero y febrero fueron meses por debajo de lo normal en cuanto a lluvias. Pero el cambio empezó con marzo, se dio con 208,3 contra un promedio de 168,5”. Según Olinuk, “cada zona presenta sus valores y es variable”.


No obstante, las precipitaciones llegaron a todas las localidades de la provincia. “En abril las temperaturas bajaron mucho, entonces llovieron 103 milímetros, una buena cantidad considerando que las temperaturas ya son más moderadas a comparación de otros meses”, dijo. Sostuvo que en lo que va de mayo ya cayeron 202 milímetros, con lluvias generales en toda la provincia.


“Es la primera vez en el año que entró un frente de lluvias frontales que abarcan toda la región. Por el contrario, en verano teníamos lluvias puntuales en una localidad, pero no en otra. En este caso, el frente abarca toda la provincia y zonas aledañas”.


También explicó que este año traerá lluvias copiosas, al igual que lo mencionó Daniel Fernández Catá (ver pág 4). Favio Cabello señaló que “aún la región se encuentra en un período neutral”, pero que hipotéticamente en otoño se iniciaría El Niño con lluvias por encima del parámetro normal que en un principio beneficiarán al sector productivo. No obstante, los productores deben estar preparados para afrontar enormes cantidades de lluvias, tormentas con fuertes ráfagas y en ocasiones altas temperaturas, que podrían traer problemas a la producción en general.


De este modo, se espera que para el cierre de semestre del año haya caído poco más de 1.000 milímetros de lluvia. 
Por su parte, y con respecto a la sequía y sus consecuencias en el sector productivo, Favio Cabello, meteorólogo y director general de la Opad en Posadas, explicó que “Misiones no tuvo los efectos que tuvo el resto del país en cuanto al suelo seco”.


“En la provincia, en su momento de mayor sequía en el verano 2021-2022, tuvimos una serie de chaparrones que se fueron manteniendo. Tampoco hubo pérdidas significativas. El fenómeno de la Niña ya pasó, el suelo recuperó su humedad”, finalizó.


 



Fuente: El Territorio

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