23/07/2022

Por las variaciones del dólar y la inflación. Tras los meses de bonanza en la pandemia, la forestoindustria vive momentos complejos en rentabilidad. Instan a una solución antes de que se agrave el panorama


La situación continúa crítica en lo económico en todo el país y se agrava en los distintos sectores productivos. La forestoindustria en una de las más afectadas, pues pese a tener importantes perspectivas de crecimiento internacional, se ve limitada con las decisiones que a nivel nacional condicionan la producción local.


La devaluación de la moneda y las múltiples trabas a las importaciones son dos de las razones por las que los madereros sufren hoy una baja en la rentabilidad y graves perjuicios económicos, con vistas a un agravamiento del escenario de no modificarse este panorama.


“Argentina tiene mucho potencial para exportar, hay interés norteamericano y asiático, pero tiene que haber mejores condiciones”, planteó Román Queiroz, presidente de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima).


Justamente, los números dan cuenta de esto. Un nuevo informe de Ieral apunta a que en los primeros meses del año, las exportaciones de ciertos productos del NEA tuvieron incrementos importantes – como el algodón o el tabaco Burley – pero otros disminuyeron significativamente, como las naranjas y la madera aserrada (Ver página 5).


La imposibilidad de exportar no sólo afecta a las empresas que se dedican a exportar puntualmente, sino que también a quienes necesitan del mercado interno para subsistir. Es que al no poder sacar sus productos al exterior, las grandes industrias comienzan a intentar vender algo de lo que producen dentro del país -que de por sí, ya tiene una baja en la demanda por la misma crisis económica y la inflación– dejando sin margen a las industrias más pequeñas.


El escenario se convierte así en una cadena que amenaza con arrasar con el trabajo de grandes y pequeños; y por consiguiente, con los puestos laborales de los trabajadores que de ellos dependen.


Incertidumbre y desánimo


Cristina Ryndycz, gerente de Asociación de Productores Industriales y Comerciales Forestales  de Misiones y el Norte de Corriente (Apicofom) expresó que en este momento, reina la incertidumbre y el desánimo en el sector.


 “Eso es lo peor que le puede pasar a un empresario que día a día tiene que tomar decisiones, planificar la producción. Esta incertidumbre que existe a nivel mundial pero que en nuestro país se siente más, crea una angustia al empresario que no ayuda a lo que significa el trabajo”, recalcó en comunicación con el programa Acá te lo Contamos por Radioactiva 100.7.


Entre los factores, determinó que el tipo de cambio es el que más está afectando. “El dólar hace trece meses estaba a 100 pesos el oficial y hoy está 130. No tenemos precios competitivos a nivel internacional tampoco, el dólar como está no nos ayuda a vender en el exterior”, dijo.


Asimismo, argumentó que “el mercado local está muy resentido, hay pocas ventas y mes a mes  sigue en baja”.


“La venta de muebles disminuyó un 17 por ciento. Desde Faima nos dicen que el sector mueblero también está a la baja”, agregó.


Mientras que recalcó: “Los aserraderos tienen muy pocas ventas porque al disminuir las exportaciones, las empresas grandes ofrecen en el mercado local. Entonces hay precios en Buenos Aires de molduras, machimbres muy bajos porque los grandes compradores de centros de alto consumo negocian precios y tienen mejores que nosotros, las empresas pequeñas”.


En tanto, manifestó que “también hay problemas de importación de insumos, sobre todo en las grandes empresas que compran en gran escala. Está difícil la situación. La inflación angustia muchísimo”.


Al tiempo que atestó: “No queremos parar de producir pero la situación se vuelve difícil y necesitamos un trabajo en equipo entre el gobierno nacional, el gobierno provincial y el sector privado”.


Del récord a la crisis


Por su parte, Queiroz recordó los buenos tiempos donde -en medio de la pandemia – el sector forestal producía y exportaba a grandes escalas, casi marcando números récord; en contraposición con lo que ocurre en la actualidad.


“La alta demanda generó que los aserraderos puedan exportar y el mercado interno esté operativo. Pero hace seis meses más o menos empezó a disminuir mucho la compra en el exterior”. contó.


En tanto, explicó que “hace 15 días se cumplió un año de que el dólar se fue a 100 pesos. Hoy se fue a 135, significa que se devaluó un 35 por ciento, contra una inflación del 70 por ciento”.


“Es decir, estamos cada vez más caros en dólares y cuesta cada vez más colocar nuestros productos en el mercado interno”, recalcó en entrevista con el programa Meta Data de Territorio TV.


En esa misma línea, el empresario maderero añadió que “está cayendo la exportación y el mercado interno está en situación compleja, con cheques a muy largos plazos y mucho stock en los distribuidores”.


“Por suerte no hay despidos de personal, pero empiezan a stockearse y si no se resuelve esto en dos o tres meses, ya creemos que habría problemas de despidos o reducción de horas. Lamentablemente nos acostumbramos en Argentina a trabajar sin energía, sin combustibles, siempre con dificultades”, sostuvo Queiroz, quien además contó que en su empresa ya hay trabajadores con vacaciones anticipadas ante la situación de baja productividad, lo que podría transformarse – de continuar así – en suspensiones de personal.


En ese marco, Queiroz volvió a plantear la situación particular que vive en la firma que administra, puesto que las limitaciones que impuso el Banco Central para realizar importaciones complejizan la productividad. Puntualmente, la firma se encuentra con graves problemas de abastecimiento de resina (traída mayormente de Brasil).


“Planteamos una reunión con el Banco Central  para saber dónde estamos parados. Se espera que el último trimestre sea más fácil acceder a divisas pero estamos a la espera porque el Banco Central emite resoluciones mes a mes y no sabemos qué puede pasar”, expresó.


Y resaltó que pese a que en la firma se hicieron inversiones, aún no han podido poner en marcha la maquinaria nueva justamente por la falta de insumos. “Demanda hay, tenemos interés de los norteamericanos y los asiáticos, pero faltan las condiciones para producir”, cerró.



Por Nazarena Torres
torresnazarena@gmail.com


 


Fuente: El Territorio


 

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