07/03/2018

El Papa anunció la próxima canonización del beato salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, una figura icónica en América Latina, también conocido como La Voz de los Sin Voz, que fue asesinado a manos de un escuadrón de la muerte de ultraderecha en 1980 mientras celebraba una misa, con una bala que le destrozó el corazón.


Romero fue arzobispo de San Salvador y se había convertido en un severo crítico de la guerra interna que vivió su país y se extendió entre 1980 y 1992 y que dejó más de 75.000 muertos y desaparecidos, y era considerado un religioso que defendía la "opción preferencial por los pobres".


La Comisión de la Verdad de 1993 que investigó los crímenes en el país centroamericano, auspiciada por las Naciones Unidas (ONU), concluyó que Romero fue asesinado por un escuadrón de paramilitares que comandaba el ya fallecido mayor Roberto D'Aubuisson.


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Este militar en 1981 fundó el hoy poderoso partido derechista y opositor Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó 20 años consecutivos entre 1989 y 2009 y que triunfó en los comicios legislativos y municipales del domingo último.


El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, tras conocer la noticia dijo que "nos llena de inmensa alegría conocer el anuncio del Vaticano sobre la pronta canonización de monseñor Romero.


El mandatario, también conocido como "El Profesor" por su formación pedagógica, y ex comandante guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), respaldó varias iniciativas para mediar ante el papa Francisco por elevar a los altares a quien muchos llaman ya San Romero de América.


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"Creo que ese escenario de su canonización generaría una nueva situación al país, que se encaminaría bajo todas las enseñanzas de monseñor Romero', aseguró Sánchez Cerén el pasado año en la Catedral Metropolitana, según recordó la agencia Prensa Latina.


Romero fue beatificado durante el actual papado del argentino Jorge Bergoglio (Francisco) el 25 de mayo de 2015 en multitudinarios actos que congregaron a religiosos, jóvenes, campesinos, indígenas y presidentes latinoamericanos.


Muchos ahora esperan que el primer pontífice latinoamericano sea quien canonice al obispo mártir de El Salvador, según la prensa local.


El papa también resolvió hoy impulsar la canonización del italiano Giovanni Battista Montini, que con el nombre de Pablo VI fue el pontífice que presidió el Concilio Vaticano II.


La fecha de ambas canonizaciones se definirá a mediados de mayo y podrían hacerse juntas el domingo 21 de octubre, señalaron fuentes vaticanas consultadas por Télam.


Otra posibilidad es que Pablo VI sea canonizado en octubre en la Plaza San Pedro y Romero en enero de 2019, en El Salvador, durante el viaje del pontífice a Centroamérica para participar de la Jornada Mundial de la Juventud que se hará en Panamá, ambas opciones meses antes de las elecciones presidenciales salvadoreñas de 2019.


El nombre de los dos próximos santos está ligado desde hace más de 40 años, dado que Romero fue nominado arzobispo de San Salvador por el Pablo VI, en 1977.


Además del mensaje presidencial, el gobierno de El Salvador expresó a través del Ministerio de Relaciones Exteriores su congratulación por el decreto para la canonización de monseñor Romero.


La cancillería dice que recibió hoy "con alegría" la noticia de la próxima canonización de Romero y expresó en un comunicado que éste es "recordado por su invaluable legado, su compromiso y labor pastoral a favor de los más necesitados".


En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.


El proceso vivió una fase de estancamiento hasta que en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, y con la llegada del papa Francisco en marzo de 2013 hubo una aceleración de la beatificación de Romero, reseño hoy el diario local La Prensa Gráfica.


La condición de "mártir", consagrada el 3 de febrero de 2015, fue la que encontró más objeciones pues para un sector más conservador de la iglesia beatificar a Romero era como llevar a los altares a la Teología de la Liberación, corriente teológica que nació en la Iglesia Católica en Latinoamérica, de supuestas ideas marxistas, y que se caracteriza por poner a los pobres en el centro de la doctrina religiosa.


Según esta condición de mártir "in odium fidei", los teólogos no juzgan la posible intención política del asesinato del arzobispo, sino el intento de llegar al amor por la justicia y la predilección por los pobres que Romero manifestaba en su idea de Iglesia, de acuerdo con algunos testimonios recogidos en los fascículos del proceso, según el periódico.


Las homilías de Monseñor Romero eran grabadas y distribuidas por todo el país por cientos de personas que recogían su mensaje y fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en una misa en la capilla del hospital Divina Providencia, pocos días después de haber llamado a los soldados a no ejercer violencia o asesinar al pueblo cuando se lo ordenaran sus jefes militares.


 


 


 

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