07/12/2017

El presidente de Estados Unidos dijo que es "un paso hacia la paz", pero los palestinos aseguran que "abrió las puertas del infierno".


Pese a las advertencias sombrías desde todo el mundo, el presidente Donald Trump el miércoles trastocó la política exterior estadounidense de las últimas décadas al reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.


De nada sirvieron las exhortaciones apremiantes de gobiernos árabes y europeos o la amenaza de protestas y violencia contra Estados Unidos: Trump dijo que ponía fin a un enfoque que desde hace décadas no ha podido hacer progresar el proceso de paz.


Por primera vez, respaldó personalmente el concepto de la "solución de dos estados" para Israel y los palestinos, siempre que ambas partes lo acepten.


"He resuelto que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel", dijo en un discurso desde la Casa Blanca. Explicó que la medida venía con un "largo retraso" y beneficia los intereses de Estados Unidos. El reconocimiento, añadió, reconoce la "obviedad" de que Jerusalén es el asiento del gobierno israelí a pesar de la disputa en torno de su estatus, uno de los elementos cruciales del conflicto entre israelíes y palestinos.



"Esto es ni más ni menos el reconocimiento de la realidad", aseguró Trump.


El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, calificó el anuncio de "día histórico" y como un "paso importante hacia la paz".


Sin embargo, el presidente palestino Mahmud Abbas dijo que con su decisión, Trump "declaró que se retira" del proceso de paz.


En sintonía, el presidente francés Emmanuel Macron aseveró que se trata de "una decisión lamentable que Francia no aprueba". Sostuvo que "contraviene el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".


Mientras que el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erakat, declaró que el presidente estadounidense Donald Trump había "destruido" la llamada solución de dos Estados al anunciar el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.


En tanto, el movimiento islamista palestino Hamas consideró que la decisión del presidente estadounidense "abrió las puertas del infierno" .


Ismael Raduan, alto responsable de Hamas, hizo un llamado a los países árabes y musulmanes "a cortar los lazos políticos y económicos con las embajadas estadounidenses y a expulsar a los embajadores" de Washington.



Trump ordenó también al Departamento de Estado iniciar el proceso de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén como lo requiere la ley. Sin embargo, funcionarios de Estados Unidos precisaron que el traslado tomará años.


El presidente de EEUU aseguró que su decisión no pondría en entredicho las fronteras geográficas y políticas de la ciudad, las que serán determinadas por Israel y los palestinos.


Antes del discurso, líderes árabes y musulmanes advirtieron que el anuncio podría traer violencia. En Gaza, cientos de palestinos quemaron banderas estadounidenses e israelíes. Agitaron pancartas que proclamaban a Jerusalén como su "capital eterna", una frase que también emplean los israelíes para su país.


Los aliados más estrechos de Estados Unidos en Europa pusieron en duda la prudencia de una medida que rompe drásticamente con la posición anterior de Estados Unidos de declararse neutral sobre la soberanía de la ciudad.


Jerusalén incluye el sitio más sagrado del judaísmo, así como el tercer santuario en importancia del islam e importantes sitios cristianos. En el pasado, cualquier medida en aparente perjuicio de los reclamos musulmanes sobre la ciudad ha provocado protestas en Tierra Santa y más allá.


Ola de críticas


OLP: “Con el anuncio, Trump destruyó  la llamada solución de los dos Estados.”


Hamas: “Con esta decisión abrió las puertas del infierno”


ONU: “El estatus de Jerusalén debe ser decidido sólo por una ‘negociación directa’ entre israelíes y palestinos”.


Jordania: “Constituye una violación de las decisiones del derecho internacional y de la Carta de Naciones Unidas”.


Turquía: “"Condenamos la irresponsable declaración de la administración estadounidense... la decisión va contra la ley internacional”


Francia: Macron calificó el miércoles de “lamentable” la decisión de Trump y pidió “evitar a cualquier precio la violencia”.


Egipto: Criticó la decisión por “unilateral” y manifestó sus temores de que “cause inestabilidad a la región”.


UE: Expresó su “seria preocupación” por decisión de Trump sobre Jerusalén.


Gran Bretaña: Está en desacuerdo con la decisión y cree que es de poca ayuda para lograr la paz.
 


Por qué EE.UU. rompe la paz en Jerusalén


El futuro estatus de Jerusalén es uno de los puntos de disputa centrales en el conflicto entre Israel y los palestinos.


Con el fin del mandato británico, Naciones Unidas se declaró en 1947 a favor de una administración internacional de la ciudad, considerada sagrada por creyentes de tres religiones: cristianos, judíos y musulmanes.



En la primera guerra de Oriente Medio de 1948, el recién fundado Estado de Israel ocupó la parte occidental de Jerusalén y Jordania la parte oriental.


De esta forma, la ciudad quedó dividida de facto.


Durante la Guerra de los Seis Días en 1967 Israel conquistó también la zona oriental de mayoría árabe y desde entonces reclama toda la ciudad como su “capital eterna e indivisible”, algo que no reconoce la comunidad internacional. Por otra parte, Israel rechaza la demanda de los palestinos de que Jerusalén oriental sea la capital de un futuro Estado palestino independiente.


Distintas propuestas de Estados Unidos en el pasado preveían una división de la ciudad entre israelíes y palestinos. “Lo que es judío seguirá siendo judío y lo que es árabe será palestino”, dijo alguna vez el entonces presidente estadounidense Bill Clinton.


El principal centro de disputa entre religiones en Jerusalén es el Monte del Templo de la Ciudad Vieja o Explanada de las Mezquitas, que los musulmanes conocen como Al Haram al Sharif (el Noble Santuario).


Los musulmanes administran oficialmente el lugar y allí rezan en la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca. Pero los judíos defienden que el lugar acoge también los restos del segundo templo: a ellos está reservado el rezo en el Muro de las Lamentaciones.


 


Fuente: AFP - AP

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