28/10/2017

El presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, anunció la disolución del Parlamento catalán, el cese del presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, y la convocatoria a elecciones en la región para el 21 de diciembre, en un discurso tras una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en Madrid.


En una nueva jornada tensa y caótica en España, luego de que el Parlamento de Cataluña declarara República catalana como Estado independiente y el Senado votara en Madrid la aplicación del artículo 155 de la Constitución para intervenir la norteña región, el gobierno de Rajoy cesó a todo el gobierno regional y convocó a elecciones anticipadas.


‘He decidido convocar cuanto antes esas elecciones libres, limpias y legales que puedan restaurar la democracia en la comunidad autónoma para el 21 de diciembre‘, explicó Rajoy tras especificar una serie de medidas para restablecer la legalidad constitucional en España.


El jefe del Estado español afirmó que las autoridades de Cataluña ‘pretenden imponer un secuestro a la mayoría de los catalanes‘. ‘El gobierno ha tomado las medidas necesarias para enfrentar a los que quieren imponer un secuestro a la mayoría de los catalanes y un hurto al resto de los españoles‘, declaró. Y agregó: ‘El Estado dispone de medios suficientes para, de forma pacífica y moderada, recuperar la normalidad legal y disolver las amenazas que no están volcando sobre la convivencia‘.


Según Rajoy la convocatoria a elecciones tiene como objetivo ‘dar voz‘ a los catalanes lo antes posible después de la declaración de independencia aprobada por el Parlamento de esa región, añadió el mandatario conservador. Rajoy aseguró que esa decisión fue tomada en el Consejo de Ministros que se reunió esta tarde, luego de que el Parlamento catalán decretara la independencia. ‘Son los pasos para devolver la legitimidad democrática‘ a la región, enfatizó Rajoy.


Los independentistas llevaron a Cataluña ‘a un callejón sin salida‘, afirmó luego, y destacó que se busca ‘evitar más daños‘.Además de Puigdemont, Rajoy anunció el cese de su vicepresidente Oriol Junqueras y a otros 12 consejeros del gobierno catalán, como así también el del director general de los Mossos (policía regional), Pere Soler, y el cierre de las Embajadas Catalanas en el extranjero.


En su comparecencia tras la reunión extraordinaria, Rajoy aseguró que los ministerios del gobierno central darán seguimiento a los asuntos y competencias hasta ahora ejercidas por la administración regional catalana. Asimismo, el mandatario agradeció al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a la formación liberal Ciudadanos, cuyos líderes, Pedro Sánchez y Albert Rivera, respectivamente, apoyaron las medidas aplicadas hoy en virtud del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. ‘Estas medidas las han compartido, muchas han sido planteadas por ellos en los últimos días‘, destacó Rajoy en su breve declaración.


De héroe a depuesto: ¿quién es Puigdemont?


El lunes la Fiscalía podría prerar una querrella por delito de rebelión contra el presidente regional Catalán.


Bolígrafo en mano, Carles Puigdemont apuntó ayer cada "sí" y cada "no" durante el recuento de la votación que dio luz verde en el Parlamento de Cataluña al inicio de un proceso para constituir una república independiente en la región.


Era, quizá, uno de los momentos más importantes de su vida. Y también del proceso soberanista que llevó hasta el límite y que tiene a España en vilo.



Meticuloso, obstinado e independentista convencido, en las últimas semanas se vio situado en una encrucijada: ceder ante las voces que le pedían poner freno a sus planes soberanistas o seguir adelante con todas las consecuencias. Entre ellas, una probable destitución de su cargo e incluso un ingreso en prisión, si la Fiscalía pone en marcha una querella que prepara contra él por un delito de rebelión.


Su nombre está en las portadas de diarios de todo el mundo un año y diez meses después de ponerse al frente del Gobierno regional de Cataluña casi por casualidad, cuando era un completo desconocido.


Su nombre no aparecía en ninguna de las apuestas para relevar a Artur Mas cuando éste se vio obligado a dar un paso atrás presionado por la CUP, un partido antisistema catalán que no lo veía con buenos ojos.


La necesidad del apoyo de esta fuerza al Gobierno de la región en el Parlamento catalán era tan importante entonces, en un momento clave del proceso separatista, que el hombre que lo había impulsado desde el inicio tuvo que retirarse para evitar una crisis.


Y Puigdemont, hasta entonces alcalde de la ciudad catalana de Gerona, asumió la presidencia del Gobierno regional con la misión de guiar a la región hacia la ruptura con España.


Al contrario que su predecesor en el cargo, Artur Mas, quien fue evolucionando desde el nacionalismo hacia el independentismo, Puigdemont fue siempre un separatista convencido. Ayer miembro del partido de Mas, hoy llamado PdeCAT, formó parte de diversas organizaciones independentistas catalanas y estuvo al mando de la asociación que congrega a los municipios que defienden la secesión de Cataluña.


Diputado en el Parlamento de Cataluña desde 2006, un año después encabezó la candidatura de Convergència i Unió (CiU, coalición nacionalista liderada por Mas hasta que se fracturó, en 2015) al ayuntamiento de Gerona, ciudad de 100.000 habitantes.


 


Fuente: DPA - Clarín

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