26/04/2025

El arzobispo porteño lideró el tributo final al sumo pontífice con una emotiva misa y una caravana por los lugares más significativos de su misión.


Este sábado por la mañana concluyó un emotivo homenaje al papa Francisco en su ciudad natal, con una misa en la Catedral Metropolitana que reunió a miles de personas. El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, encabezó la ceremonia y pronunció palabras cargadas de gratitud, admiración y dolor por la partida de Jorge Mario Bergoglio.


“Dios nuestro, que recompensas con justicia a todos los hombres, concede que tu servidor, el papa Francisco, a quien constituiste sucesor de Pedro y pastor de toda la Iglesia, pueda gozar eternamente en el cielo de los misterios de la gracia y del perdón, que él administró fielmente en la Tierra”, leyó el arzobispo en el inicio de su homilía.


En su mensaje, García Cuerva apeló a la memoria emocional de los presentes al citar un tango de Gardel: “No terminamos de comprender ni de dimensionar su liderazgo mundial, lloramos porque ya lo extrañamos mucho y no queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel en uno de los tangos: las lágrimas taimadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar”.


También evocó una de las frases más resonantes de Francisco: “Recordemos palabras del Papa cuando nos decía ‘al mundo de hoy, nos falta llorar’”, y subrayó que “lloran los marginados, aquellos que son dejados de lado, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades, no sabemos llorar”.


La misa formó parte de una jornada especial dividida en dos actos principales. El primero fue un abrazo simbólico a la Plaza de Mayo, donde se desplegó una gran imagen de Francisco.


A continuación, una caravana recorrerá varios lugares emblemáticos en la vida y labor pastoral del pontífice: un hospital, un hogar de Cristo, la Plaza Constitución, entre otros puntos significativos.


Fieles de toda la ciudad y representantes del ámbito político asistieron al homenaje. El recuerdo de Francisco movilizó no solo a los creyentes, sino también a quienes reconocieron su papel como referente moral, social y espiritual a nivel global.


Desde su labor en las villas y parroquias del conurbano hasta su impacto en la escena internacional, la figura del papa argentino generó un sentimiento compartido de gratitud y orgullo.


La misa de hoy marcó el cierre de los homenajes organizados en Argentina tras la muerte del pontífice. Las palabras de García Cuerva y el fervor popular reflejaron la dimensión que alcanzó el papado de Francisco, no solo en lo religioso, sino también en lo humano.

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