Desde la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de Nación a cargo de Daniel Scioli también explicaron que el mencionado mega decreto del inicio de la gestión del gobierno de Milei “dejó sin registro, control y fiscalización a las agencias de viajes"
¿El colectivo que traía a la alumna Juanita Sirimarco debía parar en algún hospital en el viaje de regreso de Córdoba a Posadas? ¿Quién era la persona indicada para decidir si el colectivo debía parar o no en ese viaje? ¿Cuáles son los síntomas a tener en cuenta en un alumno para decidir parar en un hospital? ¿Qué autoridad tienen los padres de un alumno en viaje de egresados para pedir que su hijo sea derivado a un control médico? ¿Un médico debe ser parte del contingente de egresados durante todo el trayecto del viaje? Son tantas las preguntas que surgen a partir de la muerte de Juanita Sirimarco que aún no tienen respuesta.
Lo cierto es que una niña de 13 años falleció el sábado pasado en el Hospital de Pediatría de Posadas luego de permanecer tres días en terapia intensiva, sector al que fue derivada de urgencia al arribar en colectivo a la capital misionera procedente de Cordoba donde fue parte del contingente del viaje de Egresados del 7mo grado del Instituto Cristiano República Argentina.
El motivo del deceso fue un cuadro de sepsis, que es el término médico que indica una afección grave que se produce cuando el sistema de defensas de una persona responde de manera extrema a una infección produciendo lesiones irreversibles en tejidos y órganos vitales.
A partir de esta tragedia que mantiene en estado de conmoción y dolor no sólo a los familiares y amigos de la niña fallecida, sino a toda la comunidad local, surge la pregunta inevitable de saber quienes son las autoridades encargadas de velar por la seguridad en materia de salud de los alumnos en un viaje de egresados.
Para empezar a buscar las respuestas a esos interrogantes, El Territorio se comunicó con la Secretaria de Turismo, Ambiente y Deporte de la Nación desde donde después de expresar las condolencias a la familia de la alumna posadeña fallecida explicaron que “esta Secretaría no tiene fiscalización ni control sobre las agencias de viaje y que las cuestiones relacionadas con la salud o prestaciones de las agencias en materia de turismo estudiantil”.
Seguidamente destacaron que “en esta cuestión es la justicia la encargada de investigar los alcances de las responsabilidades, si fue de los docentes o de la agencia de viajes si es que la hubiera por acción u omisión, pero no es nuestra competencia”.
Sin embargo fuentes oficiales del Ministerio de Turismo de Misiones explicaron a este Diario que “antes del Decreto de Necesidad y Urgencia con el que inició su gestión de gobierno el Presidente Javier MIlei, las provincias teníamos facultades de exigencias y controles sobre las empresas dedicadas al transporte de viajes de turismo o viajes estudiantiles. Pero a partir de la entrada en vigencia de dicho mega decreto en diciembre del año pasado, quedaron sin efecto un conjunto amplio de leyes entre las que se encuentran muchas que regulaban la actividad del turismo y que ahora están fuera de vigencia”.
En ese sentido, desde la esfera provincial destacaron que “la provincia de Misiones puede y de hecho lo sigue haciendo, fiscalizar a las empresas pero no tiene facultades para exigirles por ejemplo el cumplimiento de un protocolo de salud. Esa es una incumbencia que recae en el gobierno nacional”.
Pero desde la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de Nación a cargo de Daniel Scioli también explicaron que el mencionado mega decreto del inicio de la gestión del gobierno de Milei “dejó sin registro, control y fiscalización a las agencias de viajes pero en realidad estas cuestiones de protocolo de salud tampoco se contemplaban antes.” Seguidamente explicaron que “solamente se controlaba la parte administrativa del funcionamiento de una agencia de turismo o de viajes. Pero no las cuestiones derivadas de problemas de salud ocasionados en dicho viaje”.
En ese sentido desde el gobierno nacional se explicó que “por ejemplo todo lo relacionado con los servicios dentro de un hotel los controla los municipios donde funcionan estos establecimientos, el transporte de los pasajeros lo controla el área referida a Transporte, las cuestiones de seguridad están a cargo de las policías locales. Por eso queremos aclarar que desde esta Secretaría no tenemos omnipresencia en todo el recorrido de un viaje”.
Lo que queda en claro es que la muerte de Juanita deja muchas dudas sobre la ausencia de normas claras que reglamenten un protocolo de salud que se deba seguir para el caso de algún inconveniente en la salud de alguno de los alumnos que forman parte de un viaje de egresados.
Juanita, la niña que pintaba, escribía poesía y soñaba con ser presidenta: “Quiero justicia”
“Ella amaba la vida, era una hija de Dios y soñaba con ser presidenta”, contó la madre visiblemente angustiada.
La madre de Juanita Sirimarco, la niña posadeña que murió tras un viaje de egresados a Córdoba, pide sólo una cosa: justicia. Cuando recibió hoy a El Territorio con un rosario en su mano dijo que se aferra a la fe. Es así que Claudia Díaz muestra, orgullosa, las obras de arte que pintaba su hija. Por un momento se le vuelve a iluminar el rostro cuando lee una de las poesías de la niña, pero rompe en llanto al saber que todos los sueños quedaron truncos. “Ella amaba la vida, era una hija de Dios y soñaba con ser presidenta”, contó visiblemente angustiada.
Luego relató cómo empezó todo. Ir a Córdoba con sus compañeros de grado del Instituto Cristiano República Argentina (Icra) era algo que a la niña de 13 años la tenía muy ilusionada. Contaba los días para que esa fecha llegara. Nadie pensó jamás que ese viaje era el último donde la verían sonriente.
“Era un viaje egresados, lo organizaron los padres con la empresa Viaturex y después se asignó a dos maestras para que vayan con los chicos”, explicó la mujer y acotó que sólo una de las docentes tenía experiencia en este tipo de recorridos.
Salieron desde Posadas el miércoles 2 rumbo a Villa Carlos Paz. Antes de subir al colectivo le tomaron una foto donde se la ve sonriente y feliz. Pero al llegar a esa ciudad turística las cosas ya se complicaron. Al tercer día la niña se dislocó la rodilla al tirarse por el tobogán de una pileta.
“Ahí empezó todo, le acomodaron en el agua nomás y después le llevaron a un sanatorio del seguro, le hicieron placas y le dieron diclofenac y paracetamol cada 12 horas”, detalló la mujer que al hablar por teléfono con su hija, esta le dijo que había muchos chicos con fiebre y vómitos.
“Eso me preocupó y le dije que se cuidara y ahí me dijo que ya le dolía la garganta. Así estuvo dos días más hasta su cumpleaños que lo festejó allá con una tortita”, comentó mientras mostraba esa foto que le había mandado la nena.
Cuidada
“Siempre la cuidamos, nunca la dejamos sola para nada y la primera vez que la dejo en manos de otro pasa esto”, dijo entre llantos en otro tramo de la charla.
Consultada cómo estaba de salud cuando salió desde Misiones, sostuvo que “perfecta, no tenía nada y después de lo que le pasó en la rodilla también se recuperó, andaba caminando, no tenía problema, no le molestaba, pero sí le molestaba la garganta, pero con esos medicamentos -el diclofenac y el paracetamol- ella tapaba el cuadro de dolor, tal vez ya había una infección ahí”, sumó al recordar que la niña falleció con sepsis generalizada y se le detectó el virus de la influenza B.
“Este tipo de viajes expone a los niños a un estrés tremendo al que ellos no están acostumbrados. Terminaban insolados, cansados con dolor de cabeza. Es un desastre, una destrucción son esos viajes porque le venden esa fantasía de que van a hacer mil cosas mil y ellos se estresan. Comen cualquier cosa”, acotó la madre de la niña al destacar que la pequeña era la artista de la casa.
La despedida
“El lunes 7 cuando hablo con ella a la noche antes de que salgan de vuelta para Misiones me dice ‘nos despedimos, mamá. Te amo’ y le recomendé comer unos caramelos de propóleo que le había mandado”, dijo. Hasta allí Claudia no sabía sobre la gravedad del estado de salud que atravesaba su hija.
“A las 8 de la mañana recibo un parte de la maestra que me dijo ‘tuvimos una noche movida con Juanita. Desde las 2 de la mañana empezó con vómitos, diarrea, fiebre le quise bajarle con paños y no pude. Tuve que llamar al médico y le dimos dipirona y yo le digo ‘¿quién le aplicó eso?’ y me dice que casualmente había una mamá del otro grupo que era enfermera y ella le aplicó en la colita porque el colectivo se movía mucho. No fueron capaz de parar un rato”, detalló.
Pero la niña siguió con vómitos y a las 9 de la mañana, ya circulando por Corrientes, habló nuevamente con una de las maestras que le contó que la niña ya no retenía líquidos, sólo tomaba sorbos de agua.
“Le dije que paren, que nosotros íbamos para allá porque ella seguro se estaba deshidratando y yo sé muy bien como son las cosas si una persona se deshidrata”, señaló entre lágrimas al decir que le insistió en que pararan en el hospital de Virasoro para que la vea un médico.
“Me dijo ‘no, no, acá yo no le voy a dejar Claudia de ninguna forma. Este es un lugar horrible, acá la atención es pésima. Yo no le voy a dejar a ella. Falta poco para llegar, vamos a llegar pronto, Claudia’”, detalló sobre lo charlado con la docente y agregó que le dijo que no dejen de hidratarla.
En ese tramo, pidió hablar con su hija porque de noche los chicos quedaban sin teléfono para que puedan dormir y no distraerse.
“Si mi hija tenía el teléfono a lo mejor me iba a decir ‘mamá, estoy mal’ y sé que ella tampoco le iba a pedir a la maestra porque era muy obediente, hacía todo lo que le decían”, explicó.
Fue así que en la mañana del martes 8 recién pudo hablar con su hija y esas palabras aún resuenan en su mente: “Cuando hablo con ella dice ‘yo ya no puedo más, necesito bajar’”.
“Me quedé loca entonces llamé al papá y le dije ‘andá a la empresa, fue y no tenían ambulancia y mandaron un auto común de no sé quién con una mujer”, precisó la madre de la pequeña.
“¡Cómo la maestra no se va a dar cuenta que una persona está mal, una niña! Fue abandono de persona totalmente y ella entregada porque ya tenía la presión bajísima, ya no estaba latiendo bien el corazón y estaba somnolienta, se dormía, no podía reaccionar”, sostuvo.
Asistencia
En Posadas una ambulancia interceptó al colectivo y la llevaron directamente al Hospital Pediátrico, donde fue asistida y cuando la madre pudo verla dijo que estaba con la boca negra y los ojos rojos. Tenía 8/2 de presión arterial y un shock generalizado.
“Le pusieron litros y litros de suero de suero con inyecciones, compresiones en la vena porque ya no tenía nada de líquido, estaba sumamente deshidratada, su corazoncito ya no estaba funcionando bien, todo estaba mal, llegó en shock, llegó tarde”, indicó.
Luego remarcó que: “lo único que salió positivo en los estudios que le hicieron es la influenza B, pero los médicos decían que eso no era causante de todo lo que le estaba pasando porque eso lo atacaban con un antibiótico y le pusieron todos los antibióticos que podían para atacar todos los gérmenes y todos los cultivos daban negativo, no arrojaban nada”, agregó.
“Yo no entendía nada y recién cuando mi hija muere el sábado me empiezo a dar cuenta de todo lo que pasó y le llamo a esta maestra y le digo ‘¿Alejandra, a vos nunca se te ocurrió por un momento parar ese colectivo o llamarme entre las 2 y las 8 de la mañana y decirme tu hija está así vamos a parar o qué hacemos?’”, sostuvo sobre la charla que tuvo con la docente.
Denuncia
Luego comentó que todavía no pudo hacer la denuncia del hecho ni comunicarse con un abogado, pero que pronto lo hará y señaló que para ella tanto las docentes como la empresa son responsables.
Ahora junto a su familia clama por justicia, que se sepa todo lo que pasó y que el caso no quede impune.
“Mi hija me da la fuerza para hacer lo que tengo que hacer. No solamente voy a hacer justicia, sino que después voy a hacer lo que ella me pidió que haga, que es el bien, obras de beneficencia, ella era una persona de Dios, amaba a Cristo y yo voy a hacer todo el legado que ella me dejó, un legado de amor”, finalizó.
Por Daniela Cortés
Fuente: El Territorio