Forma parte de una iniciativa conocida como “Aire Limpio”, que pretende mejorar la calidad del aire para los niños durante la pandemia de COVID-19, recurriendo incluso al aprendizaje al aire libre.

Durante más de un año hemos visto diferentes situaciones inéditas, y hasta muchas veces sorprendentes debido a la pandemia del coronavirus que azota al planeta entero y tiene en vilo no sólo el sistema sanitario, sino que además las grandes potencias tiemblan política y económicamente.

Uno de los grandes problemas ocasionados de este virus es la educación. Claro, millones de chicos en todo el mundo se vieron perjudicados en su aprendizaje diario y montaron nuevas actividades para suplir esta falta. La virtualidad incrementó más de un 100% y es clave en el acompañamiento del estudio actualmente.

En este contexto en España, más exactamente en Murcia, se vivió una situación totalmente llamativa: las clases presenciales se mudaron de las aulas, a las playas por el COVID-19.

Esta inédita medida forma parte de una iniciativa conocida como “Aire Limpio”, que pretende mejorar la calidad del aire para los niños durante la pandemia de COVID-19, recurriendo incluso al aprendizaje al aire libre.

"Algunos alumnos descalzos removían la arena con los pies mientras tocaban xilófonos, y otros se inclinaban sobre sus cuadernos para evitar que la brisa se llevara sus papeles al mar", detalló un medio local al observar a los menores sobre la arena.

Además detallaron las sensaciones de los más chicos que asistieron a su primera clase en el mar:

“¡Me encanta ir a la playa!”, dijo Antonio Fernández, de 9 años. “Prefiero estar en la playa porque aquí me siento más relajado y me siento más a gusto”.

Luz, de 10 años, dijo: “(Esto es) muy bueno porque estoy con mis amigos, estoy en la playa, a mí me encanta la playa, siempre en verano siempre vengo aquí a bañarme todos los días y me encanta la arena”.

No se trata solamente del entorno de la playa, ya que los miembros de una asociación de vecinos cercana dieron vida a la época romana disfrazándose de soldados y los pescadores locales mostraron sus redes, explicándoles de dónde proviene su comida.