23/09/2020

Esta cifra equivale a unos 2,1 millón de trabajadores en el área urbana que entre abril y junio estaban desempleados sobre una población total de 41,2 millones de personas.


La pandemia y la decisión de instaurar el aislamiento social, preventivo y obligatorio desde fines de marzo generó un fuerte impacto en la actividad económica y en los indicadores laborales. Según confirmó esta tarde el Indec, el desempleo creció en el segundo trimestre del año al 13,1%, casi tres puntos más que el registro del período enero-marzo, cuando había alcanzado el 10,4 por ciento.


Esta cifra equivale a unos 2,1 millón de trabajadores en el área urbana que entre abril y junio estaban desempleados sobre una población total de 41,2 millones de personas. Con respecto al primer trimestre, había a junio casi 66.000 personas más que se quedaron sin trabajo. Si esta cifra se proyecta al total país, incluyendo la población rural, los desocupados llegan a 2,3 millones de habitantes, sobre un total de 45,8 millones de habitantes.
 
La tasa de desocupación se mide sobre la Población Económicamente Activa (PEA), que es la cantidad de personas ocupadas o que buscan empleo. En el segundo trimestre, la población urbana activa ascendía a 16,1 millones de personas.


La tasa de desempleo del 13,1% -los 2,1 millones sobre los 16 millones de la PEA- es la más alta desde el segundo trimestre de 2004, cuando todavía la economía estaba recuperándose del golpe sufrido durante la crisis de 2001-2002.


Tanto el nivel de oferta laboral, personas que buscan trabajo, como de ocupados, cayó al menor nivel en 15 años, pese a que la población se expandió en más de 7 millones de personas.


De acuerdo con el organismo, la tasa de actividad se ubicó en el 38,4% y la de empleo, en el 33,4%. Ambas fueron detectadas por la Encuesta Permanente de Hogares como las menores en la serie histórica que se inicia en 1991. “Estos resultados reflejan en gran medida el impacto que tuvo sobre la dinámica del mercado laboral la pandemia del Covid-19 y las restricciones en determinadas actividades y a la circulación dispuestas por el decreto 297/2020, que estableció el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO)”, precisó.


El principal impacto de la emergencia sanitaria en el mercado laboral se verificó en la dinámica de la tasa de empleo, que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total. El segundo trimestre mostró una caída de 8,8 puntos porcentuales frente al período enero-marzo (había sido de 42,2%) y de 9,2 puntos respecto del mismo trimestre de 2019 (42,6%), impulsada por la menor proporción de personas que pudo trabajar.


Entre abril y junio, del total de la población total urbana, tuvieron empleo 14 millones de personas, 3,6 millones menos que en el primer trimestre de este año, cuando la cifra llegó a las 17,7 millones de habitantes.


A su vez, la tasa de subocupación -ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y desean trabajar más horas- bajó del 11,7% en el primer trimestre, al 9,6% entre abril y junio. Implica que 1,5 millones de habitantes urbanos estaban subocupados en ese período, frente a los 2,3 millones del trimestre anterior.


De las 14 millones de personas ocupadas en las zonas urbanas en el segundo trimestre, 10,7 millones son asalariados; 2,8 millones, cuentapropistas; y 358.000 patrones. Consultado el economista y director del Banco Nación, Claudio Lozano, cuando se mira la estructura laboral del segundo trimestre, se observa “la caída brutal de los asalariados no registrados (-44,7%), la destrucción del pequeño comercio y los pequeños propietarios (- 42,9%) y de los cuenta propia ( -29,7%)”. “Este derrumbe laboral adelanta el panorama que en términos de aumento de la pobreza y la indigencia tenemos hoy en la Argentina y que el Indec develará la próxima semana”, sostuvo el analista.


 

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