07/08/2020

El recorrido entre la oficialización de la venta y la llegada a Francia fue tan rápido que casi no le dio respiro a Andrés Cubas. Tanto que apenas llegó se fue una semana se pretemporada y su pareja Faustina, que cursa un embarazo de poco más de cinco meses, debió quedarse en un hotel. “Fue un poco loco, hasta que nos pudimos instalar”, resaltó el futbolista de Aristóbulo del Valle que fue adquirido por el Olympique de Nimes de la Primera División.


“Me encontré con un club muy lindo, ordenado, lo estoy disfrutando”, compartió en confianza, y agregó que les hacen el hisopado una vez por semana y que “arranqué de menor a mayor y jugamos dos amistosos”, en una charla abierta gestionada por el área de prensa de Talleres de Córdoba (su último club) y a la que El Territorio fue invitado.


Describió que “la ciudad es hermosa y hace calor” y que percibió un fútbol “físico e intenso”, pero “en los amistosos nada de otro mundo, falta conocer un poco más a los compañeros y adquirir más los conceptos tácticos”. Risueño, señaló que del idioma “no entiendo nada” y volvió a hablar de fútbol: “Hay mucho trabajo con pelota, la pretemporada no fue (tanto) desde lo físico, mucho en la técnica”, y que de los dos amistosos jugó un partido como único cinco y otro en compañía de otro interior.


¿Qué consejo le dio papá Francisco?, consultó este medio. “Que le meta para adelante, que esté bien desde lo físico, que le meta suela como dice él”, respondió con una sonrisa dibujada.


El mate es infaltable: se llevó yerba desde Argentina, aunque descubrió un negocio que vende productos argentinos. Y a pesar del calor todavía contó que no tomó tereré, “pero ya vamos a tomar”.


Reconoció que miró de reojo el fixture y que “me motiva jugar con la elite”. Agregó sobre las Eliminatorias Sudamericanas que “el jugador siempre quiere jugar; trataré de estar al 100% para ser convocado” y contó que el DT Eduardo Berizzo lo felicitó por el pase.


Y consultado sobre si pudo dialogar con Ricardo Aloy, quien lo descubrió y lo llevó a Buenos Aires, confesó que “hablé con él, lastimosamente no lo pude ver. Él fue muy importante en este proceso, llegué a los 12 años a su casa. Me crió y se emocionó por mi pase”.


Por Gilberto Pérez
gperez@elterritorio.com.ar


 


Fuente: El Territorio

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