02/08/2020

La velocidad de circulación del dinero, el modo en el que se mide el tiempo en que tarda el dinero de cambiar de manos en una economía, se redujo durante la cuarentena a los niveles más bajos para la Argentina desde 1975. Eso explica, según datos del Banco Central y la opinión de expertos, el bajo nivel de inflación a pesar de la fuerte emisión de pesos.


Concretamente, los pesos en poder del público y los depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro (M2) "cambiaron de manos" en julio a casi la mitad de la velocidad de marzo, su registro más bajo en 45 años. ¿Cómo incide ese fenómeno? En una suba de precios más acotada, frente a la histórica caída de actividad (26% en abril), dado que el volumen de M2 creció 49,4% en 2020.


"La velocidad de circulación cae por una combinación de alta incertidumbre y restricciones físicas de la gente para acceder y hacer uso de los fondos. Esto hace que los pesos giren menos", explicó Gabriel Caamaño, economista de la Consultora Ledesma, responsable de un análisis que la circulación de dinero en Argentina fue 20% más baja en julio que el promedio de los últimos 15 años.


Pero Caamaño advirtió que los pesos en su mayoría están en cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes), o sea, "en la línea de largada, listos para volcarse al mercado". "Por ahora no hubo una presión sobre los precios pero, con algo menos de restricciones y más previsibilidad, en julio se empezó a ver más presión sobre los dólares paralelos", aseguró.


El pasado nos condena


En este sentido, para el analista, si en los próximos meses empieza a recuperarse el ritmo de movimiento de dinero, la única forma de evitar que afecte de lleno en precios es que sea "en forma lenta y esté acompañado por un repunte en la actividad económica".


Desalentar expectativas negativas es clave para Caamaño. "Es necesario que la gente esté tranquila y no vaya corriendo a sacarse la plata de encima; eso generaría una aceleración de la inflación muy disruptiva, de ahí la importancia de generar expectativas y dar un horizonte", sentenció.


Según un informe de la Subgerencia General de Investigaciones Económicas del BCRA acerca del período 1970-2005, circulación monetaria y nivel de inflación han tenido un estrecho vínculo en la historia económica argentina. Y destaca la primera aceleración del M2 de 1975, con el "Rodrigazo" .


El ministro de Economía Celestino Rodrigo implementó un fallido plan económico que duplicó el precio de combustibles, tarifas de servicios públicos y dólar y llevó a la inflación anual a casi 200%. "Hasta fines de 1990, con excepción de la estabilización breve que produjo el Plan Austral en 1985, inflación y la circulación monetaria mostraron una tendencia creciente", señaló el informe del BCRA.


El análisis reseña picos con la "híper" de 1989 y 1990 para el "cambio de manos" del dinero, pero con "la fuerte reducción de la inflación que siguió al establecimiento del régimen de convertibilidad (1991), la velocidad de circulación mostró una tendencia predominantemente decreciente. Esa trayectoria decreciente acentuó después de la crisis financiera de 2001 y persiste".


Sin embargo, ni siquiera en el punto más álgido de esa crisis se registró una velocidad de circulación del dinero equiparable a la de 1975. Solo la situación actual (bajo nivel de circulación de dinero en contexto de pandemia y la cuarentena para morigerar el contagio del Covid-19) denota una conducta similar a la de casi medio siglo atrás.

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