07/04/2020

El jefe de gabinete de Brasil, el general Walter Braga Netto, está poniendo "orden en la casa como ministro coordinador" del presidente Jair Bolsonaro, aseguró hoy el vicepresidente y general retirado Hamilton Mourao, en medio de la crisis que casi desplaza del gobierno al ministro de Salud en plena pandemia.


“Braga Netto puso la casa en orden. Está en el momento justo, en el lugar indicado y a la hora correcta. Un sistema de comando y control para que el presidente pueda tomar decisiones”, afirmó el vicepresidente Hamilton Mourao, general retirado del Ejército, a la agencia Estado.


Mourao destacó la función del jefe de gabinete como ministro coordinador desde febrero, sobre todo porque su interlocución fue clave para evitar una crisis de proporciones incalculables si se consumaba ayer la salida del ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta.


El vicepresidente, que es habitualmente atacado en las redes sociales por los hijos del presidente por supuestamente conspirar para derrocar a su padre, destacó a Braga Netto como el encargado de centralizar las políticas ministeriales.


“Braga Netto no está poniendo en caja a nadie, sino haciendo una verdadera gobernanza. Así, la Casa Civil (jefatura de gabinete) actúa como centro de gobierno”, aseguró Mourao sobre el general que se hizo famoso cuando en 2018 el entonces presidente Michel Temer le encargó ser interventor militar en Río de Janeiro.


Desde entonces, a Braga Netto le dicen “el interventor”.


Para el vicepresidente, el general Braga Neto hace “lo que ya sabemos: poner orden en la casa, coordinando las acciones ministeriales, para que haya sinergia, cooperación y que los esfuerzos sean más eficaces”.


La semana pasada, el general Eduardo Villas Boas, ex jefe del Ejército y asesor del presidente, descartó cualquier tipo de intervención sobre las decisiones de Bolsonaro: “El presidente es un líder que no acepta ser tutelado”.


Sin embargo, ayer la articulación de Braga Netto con el jefe del Senado, Davi Alcolumbre, del partido Demócratas de Mandetta, evitó la salida del ministro de Salud cuando prácticamente estaba siendo expulsado por sus diferencias de estrategia frente a la pandemia de coronavirus con Bolsonaro.


Según el diario Folha de Sao Paulo, Mandetta se había negado a firmar un decreto para liberar la cloroquina, un remedio contra la malaria que el presidente Bolsonaro está defendiendo públicamente como una posible cura, pese a que los médicos no lo recomiendan.


Esta mañana, Bolsonaro puso en Twitter la imagen del infectólogo David Uip, el coordinador de los esfuerzos contra la pandemia en el estado de San Pablo y un hombre que estuvo enfermo de Covid19 y se negó a responder si tomó cloroquina.


La sustancia está siendo usada para la recuperación de algunos enfermos en las redes privadas de San Pablo, pero su prescripción es limitada debido a que es una remedio contra la malaria y el lupus que puede afectar el sistema nervioso.


La victoria de Mandetta ayer, ayudado por los militares y el Congreso, no impidió que el Ministerio de Salud finalmente se alineara con Bolsonaro y entre sus recomendaciones de las últimas horas colocara que debe evaluarse levantar las cuarentenas en pueblos o ciudades pequeñas alejadas de los centros masivos de contagio, como las capitales de los estados.


Pero la pulseada de ayer terminó de desnudar dos sectores en pugna dentro del gobierno: el ala militar que defiende Braga Netto y el sector que pugnaba por el despido de Mandetta, llamado oficina del odio, al que responden al menos cinco ministros, los hijos del presidente y el gurú de la ultraderecha brasileña, el astrólogo Olavo de Carvalho, llamado, despectivamente, terraplanista.

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