23/03/2019

El Centro de la Industria Lechera, la cámara que concentra a las principales empresas abastecedoras de la argentina admitió la menor oferta de productos lácteos a raíz de situaciones estacionales, climáticas, económicas y financieras, pero además apuntó a la política evasora de algunas empresas como estrategia de competencia desleal.


Ante el conflicto, hoy el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, se mostró confiado de una pronta resolución de los problemas en la distribución de productos lácteos, debido a que "se trata de una sola empresa" de las 300 que producen en Argentina.


"Hoy en Argentina hay 300 usinas lácteas que comercializan en nuestro país, y que una sola empresa no produzca lo suficiente para determinados consumidores, no nos alerta", dijo Etchevehere, en referencia al recorte de producción y distribución de productos de la firma La Serenísima.


En las últimas semanas se registraron en algunos supermercados y almacenes faltantes de algunas marcas de leche, en particular las de menor valor, y en otros casos restricciones en la cantidad de unidades que se pueden adquirir por cliente para evitar desabastecimiento.


El caso emblemático de esta situación es la leche La Armonía que integra el listado de productos del programa Precios Cuidados y cuesta $26,36, es decir casi la mitad del precio de las primeras marcas.


Ante esta situación de reducción de la oferta de lácteos, la cámara que nuclea al sector informó que la recepción de leche de sus asociados en el primer bimestre de este año fue un 12,5% inferior al mismo período del año anterior, y desde diciembre de 2018 la caída estacional llega al 23% hasta febrero.


Esta menor oferta de lácteos al consumidor, especialmente en productos frescos como la leche fluída, se explica para el CIL en principio por "la baja estacional de la producción de materia prima, agudizada este año por los factores climáticos adversos, excesivas lluvias y olas de calor".


También argumentó la entidad el impacto de las dificultades económico-financieras sufridas por la cadena en el año anterior y la acumulación de compromisos comerciales que modificaron sensiblemente el cuadro anual de la demanda de leche.
Pero, la CIL agregó que a la situación coyuntural se sumó "la conducta que han adoptado empresas poco formales, de acrecentar su política evasora como estrategia de competencia desleal".


"La evasión o marginalidad afecta en múltiples sentidos como la reducción de ingresos fiscales, una sobrecarga impositiva a los que pagan, genera incremento artificial de los precios que finalmente se trasladan al consumidor, reduce los volúmenes exportables y puede limitar la provisión de productos masivos, abastecidos mayoritariamente por empresas formales", agregó.


"Es conocido que la marginalidad permite encarar inversiones a cero costo, mientras cualquier empresa de la economía formal tiene que asumir tasas anuales de interés de entre el 60 y 70% para obtener capital de trabajo o realizar inversiones".

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