09/12/2018

Una nueva manifestación de los chalecos amarillos, un movimiento surgido para protestar por la subida del precio del combustibles en Francia, acabó este sábado en enfrentamientos con la policía que se saldaron con un millar de detenidos y más de 100 heridos, mientras las protestas se entendieron a las vecinas Bélgica y Holanda.


Pese a los intentos de la policía francesa de contener la escalada de protestas con un fuerte despliegue de seguridad y cientos de detenciones, la situación se salió de control este sábado por la tarde.


El ministro del Interior Christophe Castaner informó que 1.385 personas fueron arrestadas en el país (928 en París), de las que más de 974 continúan bajo custodia policial. Además, 118 personas resultaron heridas -una de gravedad-, entre ellos 17 integrantes de las fuerzas de intervención, según detalló Castaner.


En toda Francia salieron este sábado a la calle unas 125.000 personas, 10.000 de ellas en París, especificó el ministro del Interior durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro Édouard Philippe.


"Las fuerzas del orden han hecho que se respete la ley", subrayó Philippe, quien puso el acento en que ahora es momento para el diálogo que ya empezó él mismo con los "chalecos amarillos" el sábado y que "debe continuar".


Philippe anunció que este domingo el presidente Emmanuel Macron hablará por primera vez a la población desde que comenzó la movilización de los chalecos amarillos el 17 de noviembre último y que ya dejó cuatro muertos y más de 2.000 detenidos.


En el cuarto sábado consecutivo de protestas del movimiento de los chalecos amarillos, las calles de la capital francesa volvieron a verse automóviles ardiendo y negocios asaltados mientras los manifestantes intentaban levantar barricadas con las placas de madera con las que habían sido protegidos muchos negocios en los Campos Elíseos y los saquearon, informó la emisora BFMTV.


La Policía utilizó de forma puntual gas lacrimógeno y camiones hidrantes en los alrededores de los Campos Elíseos, donde los manifestantes eran sometidos a una revisión de sus mochilas y bolsos para evitar que introdujeran objetos peligrosos.



La semana pasada se produjeron violentos enfrentamientos cerca del Arco del Triunfo, dejando más de un centenar de heridos y de 300 detenidos.


En este caso fueron movilizados 89.000 efectivos de seguridad en todo el país, 8.000 de ellos en París, reforzados por vehículos blindados de la Gendamería, informó la agencia de noticias Dpa.


Las mayoría de las estaciones de metro permanecieron cerradas, al igual que muchos comercios. También fueron suspendidos seis partidos de fútbol de primera división y permanecen cerradas varias atracciones turísticas, como la Torre Eiffel, el Museo del Louvre, la Ópera o las catacumbas.


Durante la mañana, los chalecos amarillos organizaron bloqueos o filtraron el paso de vehículos en decenas de lugares por todo el territorio francés, en particular en algunos puntos estratégicos de la red de autopistas y las estaciones de peaje.


Las protestas se extendieron a otras ciudades del país, como en Burdeos, Toulouse, Marsella, Lyon o Nantes, en su mayoría pacíficas, informó el vespertino Le Monde.


Ante las protestas, el presidente Emmanuel Macron anunció esta semana la suspensión de la subida de impuestos a la gasolina y el diésel durante 2019.


Sin embargo, algunos cabecillas de los manifestantes insistieron en que de todas formas marcharían cada sábado por París para exigir otras reformas, como mayores recortes de impuestos, subidas de salarios y demandar, incluso, la dimisión de Macron.


Las encuestas muestran un amplio apoyo ciudadano a los "chalecos amarillos", denominados así por los chalecos de seguridad fluorescentes que en caso de accidente debe colocarse quien conduce un vehículo con el fin de hacerse visible y evitar ser atropellada.


En tanto, las protestas de los chalecos amarillos se extendieron a otros países cercanos, como Bélgica y Holanda.



En Bruselas se produjeron algunos enfrentamientos aislados entre la policía y los manifestantes, que se saldaron con 400 detenidos. Unas 1.000 chalecos amarillos participaron en la protesta el barrio de las instituciones europeas, según reportó la agencia de noticias Belga


Mientras que en Holanda, en las ciudades de Rotterdam, La Haya, Maastricht, Eindhoven y Groninga protestaron varios cientos de personas contra la creciente brecha entre ricos y pobres.


Asimismo, exigieron la dimisión del Gobierno del liberal Mark Tutte, la salida de Unión Europea (UE), una menor edad de jubilación y la abolición de las medidas de protección mediambiental, según informó el diario holandés Het Parool.

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