Dos ladrones interceptaron a un representante de una empresa de Mar del Plata. Simularon detenerlo, pero escaparon en su camioneta.

“Está detenido por homicidio”. Las palabras y los uniformes ponían a Alejandro Muñiz en el peor de los días, después de un buen arranque de jornada, al menos en lo laboral, con las cobranzas por 4 millones y medio de pesos en la zona sur del Conurbano y en capital federal. El hombre había parado a comer algo al borde de la Ruta 2 y los “policías” lo abordaron en el estacionamiento con palabras en tono grave que eran falsas, porque tras impresionarlo con la escena y los uniformes que llevaban se escaparon con todo el dinero que escondía en una caja de botellas de vino y bolsas de nailon, en una camioneta Toyota Hilux en la que se movía.

El impactante episodio ocurrió alrededor de las 13.30, en hora pico de funcionamiento de la “Parrilla 42”. Según informó la Policía, Muñiz se había detenido allí cuando iba en viaje de regreso a la ciudad de Mar del Plata, donde trabaja para la empresa “El Sauce”, del rubro de la actividad pesquera.

El hombre había realizado una vuelta amplia por la zona metropolitana cobrando a clientes. Siempre según la información policial, había estado en comercios y empresas de Almirante Brown, Lomas de Zamora, Avellaneda y la ciudad de Buenos Aires.

Los pagos por los productos de pescado procesado a los que se dedica El Sauce habían sido en efectivo y llevaba la plata en la camioneta.

El remanso a la altura de “El Rincón” invitaba a detenerse por un poco de carne a la parrilla y eso es lo que, según los investigadores, hizo Muñiz.

Los problemas vinieron cuando ya había comido un sandwich y caminaba hacia el vehículo, en el estacionamiento.

Dos hombres con ropa de la Policía, protegidos con chalecos antibala, se acercaron y le ordenaron detenerse. Le dijeron que lo iban a arrestar por una acusación de un asesinato.

En la declaración ante los investigadores policiales, el hombre detalló que tras el falso anuncio le colocaron esposas. Ante el despliegue de la actuación, la víctima solo atinó a pedir a los presuntos uniformados que no se lo lleven.

Los uniformados lo esposaron, se subieron a su camioneta y huyeron con el dinero

El procedimiento empezó a verse extraño porque, esposado como estaba, los uniformados se apartaron de él, según declaró. No hizo falta insistir que no se lo llevaron porque en la breve secuencia, sus interlocutores ya estaban en otra.

Se dirigieron a la Hilux color rojo metalizado. No era para registrarla: se subieron, pusieron primera y escaparon hacia la ruta 2, en dirección al sur. Solo, con las muñecas esposadas y sin los millones, Muñiz buscaba ayuda. El robo se concretó sin golpes ni tiros.

Según lo que declaró más tarde en la comisaría séptima de Abasto el empleado administrativo de El Sauce, los dos ladrones que escaparon en su camioneta eran seguidos de cerca por otros dos hombres a bordo de un Volkswagen Golf último modelo, gris, con los vidrios polarizados.

En esa primera reconstrucción se señaló también que los delincuentes contaban con equipos de comunicación.

La situación le hizo fijar la atención en el vehículo y logró retener los tres números de la patente, según indicó un investigador.

En el marco de las actuaciones por robo agravado que se recayeron en la Fiscalía Nº 9, por la tarde prestaron declaración algunos testigos del robo, quienes estaban almorzando en la parrilla.

Con esos datos y los aportados por la víctima, la Policía desarrolló un operativo de rastrillaje que se extendía hasta entrada la noche.

Más temprano, alrededor de las 17.30, a la altura del autódromo “Roberto Mouras”, situado en el kilómetro 49 de la autovía, los policías que desarrollaban esa búsqueda encontraron la Hilux, abandonada y con una pistola al lado. “El empleado no estaba armado. Seguramente le pertenece a los ladrones”, apuntó un investigador anoche con respecto al curioso hallazgo. También había una cartera pequeña, un encendedor y una caja de cigarrillos. La camioneta estaba en marcha. Se estima que los delincuentes habrían decidido continuar a la fuga a pie.

Fuente: El Día