15/07/2018

El combinado galo abrió el marcador con un gol en contra de Mandzukic (18m.), igualó transitoriamente Perisic (28m.) para los croatas, y Griezmann (38m.) anotó con un penal concedido por Pitana mediante el VAR, en la primera etapa. Pogba (59m.) y Mbappé (65m.) agrandaron la diferencia en el complemento y Mandzukic (69m.) sacó provecho de un error de Lloris para descontar.


En un Mundial distinto, inmenso, en el país más grande de la historia de la Copa, y en el centenario de la Revolución Rusa, Francia cambió el mapa del fútbol al consagrarse por segunda vez campeón del mundo, al vencer en la final a Croacia por 4 a 2 en el estadio Luzhniki de Moscú.


Francia se favoreció con dos jugadas con pelota detenida, con sanciones controvertidas, o al menos para el debate y la interpretación, del árbitro argentino Néstor Pitana, la segunda ayudado por el VAR. Y después igualmente justificó la victoria y el título con la contundencia que caracterizó al equipo de Didier Deschamps en prácticamente todo el campeonato.


Un Kylian Mbappé encendido fue quien completó el desequilibrio en el segundo tiempo, junto a la clarividencia de Pogba.


Es el segundo título de Francia en su historia y lo consiguió en los últimos 20 años, cuando jugó tres finales de seis. En Clairefontaine se gestó también una verdadera revolución futbolera.


Croacia hizo el gasto y se lanzo con más decisión y juego en pos de la victoria. Francia se paró para dejar hacer y trabajar sobre los espacios. A los 17′ Brozovic lo tocó apenas en las puertas del área a Antoine Griezmann, el árbitro Néstor Pitana juzgó que hubo falta. Griezmann lo ejecutó como siempre, “como con un guante”, cruzado, y al elevarse para defender convirtió en contra el delantero Mario Mandzukic.



Croacia reaccionó enseguida, Lucas Modric e Ivan Perisic aparecieron en toda su dimensión, y llegó el empate a los 17. Nació de una jugada con pelota detenida, pero se resolvió en una gran acción en movimiento. Lucas Modric ejecutó con calidad un tiro libre centro, bajaron el balón Lovren y Mandzukic y después le quedó a Domajog Vida, quien de espaldas al arco tocó muy bien hacia atrás para Perisic, quien a su vez enganchó con suficiencia ante Kanté y le dio fuerte y seco hacia el arco para el 1 a 1.


Pero una vez más Francia se vio favorecido por la jugada con pelota detenida cuando un córner de Griezmann pasó a Matuidi y después la pelota le pegó en la mano a Perisic. Pitana no lo vio. Llamaron para el VAR. Resolvieron penal. Parece difícil imaginar que Perisic se sacara su mano o se la metiera contra el cuerpo cuando la pelota iba hacia Matuidi y pasó por encima al jugador francés y le quedó de repente al de Croacia. Lo cierto es que Griezmann transformó el penal en el 2 a 1.


En el arranque del segundo tiempo el trámite tuvo las mismas características y Rebic estuvo cerca del empate pero su remate final se fue apenas desviado por sobre el travesaño. En un contraataque Lloris tapó bien una entrada profunda de Kylian Mbappé, quien en la segunda oportunidad que tuvo, no resolvió el mismo sino que tocó hacia atrás para Griezmann, quien también con mucha inteligencia cedió para Pogba, quien primero le pegó derecha y después de zurda, tras un rebote, para poner el 3 a 1. Lo extraordinario de la jugada es que el propio Pogba habilitó a Mbappé con un pase desde su propio campo de 50 metros en el inicio de la acción.



Mbappé puso 4 a 1 a Francia con un impresionante remate desde afuera del área. Croacia descontó cuando Umtiti cedió hacia atrás el balón y pifió la pelota el arquero Lloris, tras lo cuál apareció Mandzukic para el 2-4.


No alcanzó para otro vuelco histórico y Francia levantó la Copa. Rusia organizó un Mundial extraordinario, y fue revolucionario jugarlo en un país tan grande y con tantos matices ricos para compartir con el fútbol. Y Francia, con igualdad, legalidad, fraternidad, con el fútbol integrado, a partir de 15 jugadores de descendencia africana y con mucha solidaridad y orden dentro de la cancha, más el rayo brillante de Mbappé, hizo su propia Revolución en Moscú.


SÍNTESIS


Francia: Hugo Lloris (cap) - Benjamin Pavard, Raphael Varane, Samuel Umtiti, Lucas Hernández - Kylian Mbappe, Paul Pogba, Antoine Griezmann, NGolo Kante (Steven NZonzi 55), Blaise Matuidi (Corentin Tolisso 73) - Olivier Giroud (Nabil Fekir 81). DT: Didier Deschamps.


Croacia: Danijel Subasic - Sime Vrsaljko, Dejan Lovren, Domagoj Vida, Ivan Strinic (Marko Pjaca 82) - Luka Modric (cap), Marcelo Brozovic, Ivan Rakitic - Ante Rebic (Andrej Kramaric 71), Mario Mandzukic, Ivan Perisic. DT: Zlatko Dalic.



Goles: en el primer tiempo, 18′ Mandzukic en contra; 17′ Perisic; 38′ Griezmann de penal; en el segundo tiempo, 14′ Pogba; 20′ Mbappé; 24′ Mandzukic.


Cambios: en el segundo tiempo, 9′ Nzonzi (5) por Kanté; 25′ Kramaric por Rebic; 22′ Tolisso por Matuidi; 36′ Fekir por Giroud y Pjaca por Strinic


Estadio: Luzhniki, de Moscú (buena)


Concurrencia: 78.011 espectadores.


Arbitro: Néstor Pitana (4)


Deschamps iguala a Zagallo y Beckenbauer


El francés conquistó el título mundialista como jugador y ahora como entrenador. Tal como antes lo habían logrado el brasileño y el alemán.


El francés Didier Deschamps, campeón del mundo como jugador en 1998, conquistó este domingo el título mundialista como seleccionador ‘bleu’, lo que le equipara con el brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer.



Deschamps, que capitaneó al conjunto galo en la cita de 1998, disputada en Francia, hizo historia en el estadio moscovita de Luzhniki como entrenador.


Su plantel se impuso, por 4-2, a la selección de Croacia, inesperada finalista en el Mundial de Rusia.


Con la victoria de la escuadra francesa, Didier Deschamps emuló a Mario Zagallo y Franz Beckenbauer.


El brasileño triunfó como jugador en Suecia 1958 y Chile 1962 y como entrenador de la Canarinha en México 1970.


El alemán, por su parte, celebró en el Mundial de Alemania 1974 el título como futbolista y en Italia 1990 como seleccionador.


Will Smith y Ronaldinho iluminaron la ceremonia de Clausura


El espectáculo, del cual participaron cerca de 800 personas, tuvo mucho ritmo y la música fue el hilo conductor del acto de cierre en el estadio Luzhniki.


El exfutbolista brasileño Ronaldinho y el actor y cantante estadounidense Will Smith, este junto a su compatriota Nicky Jam y la albanokosovar Era Istrefi, iluminaron la Ceremonia de Clausura del Mundial de Rusia 2018, celebrada en el estadio Luzhniki de Moscú.


Con una duración de un cuarto de hora, la ceremonia, en la que participaron cerca de 800 personas, tuvo mucho ritmo y la música fue el hilo conductor del acto.



El espectáculo comenzó con una bonita combinación al ritmo de la canción ‘Moscú nunca duerme’, se recordaron momentos destacados del torneo, a las once ciudades que albergaron los partidos de esta Copa del Mundo y a las 32 selecciones participantes.


El cantante de ‘reggaetón’ Nicky Jam primero interpretó ‘X’ y a continuación, junto a Will Smith e Istrefi, la canción oficial del Mundial, ‘Live It Up’, producida por el afamado DJ Diplo.


Entre las canciones oficiales de los últimos Mundiales figuran figuran “Un’estate italiana”, de Edoardo Bennato y Gianna Nannini, en 1990; “Gloryland”, de Daryl Hall con Sounds of Blackness, en 1994; y “La Copa de la Vida” de Ricky Martin en 1998.


En 2002, la canción oficial fue “Boom” de Anastacia, mientras que el himno oficial vocal de Vangelis incluía elementos sonoros típicos coreanos y japoneses.


En 2006, “The Time of Our Lives” del cuarteto Il Divo fue un éxito rotundo. La canción “Waka Waka Waka (This Time for Africa)” de Shakira fue la canción oficial de Sudáfrica 2010 y “We Are One (Ole Ola)” fue la de Brasil 2014.


Con la grada del Luzhniki volcada, Garifullina dio un giro de tuerca más con el inevitable ‘Kalinka’ y la sorprendente aparición estelar de Ronaldinho, que ejerció de percursionista y tocó el atabaque en pleno furor de la grada y de ambas aficiones.


Se puso fin a los prolegómenos, ya fuera de la mera ceremonia de clausura, con la entrada de la Copa del Mundo de manos de la modelo Natalia Vodianova y de Philipp Lahm, capitán de la selección alemana campeona del mundo el Brasil 2014.


En la ceremonia de inauguración de Rusia 2018 el encargado de dar entrada al ansiado trofeo fue Iker Casillas, capitán de la selección española cuando se proclamó campeona mundial en Sudáfrica 2010.


Palco de honor


El presidente de Rusia Vladimir Putin encabezó la presencia de autoridades en el estadio de Luzhniki junto a los mandatarios de las dos selecciones finalistas, la de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic y el de Francia Emanuel Macron.


La presencia en el habitáculo principal del recinto estuvo plagado de jefes de estado y de gobierno de distintos países. Armen Sarkisyan, de Armenia, Alexander Lukashenko, de Bielorrusia, Ali Bongo Ondimba, de Gabón, Igor Dodon, de Moldavia, Mahamoud Abbas, de Palestina, Sheikh Tamim Bin Hamad Al Thani, emir de Catar, donde se celebrará la próxima edición del Mundial en el 2024 y Omar Al Bashir, presidente de Sudán.


Compartieron lugar en el palco todos ellos con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que encabezó la relación de responsables de distintas federaciones internacionales y de otros mandatarios del mundo del fútbol.


No faltaron al encuentro leyendas del fútbol mundial ni presidentes de algunos de los principales clubes y el presidente del Comité Olímpico Internacional Thomas Bach.

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