20/10/2017

El presidente convocó a una reunión extraordinaria del consejo de ministros mañana para aplicar el art. 155 de la Constitución.El ejecutivo español dio ayer un paso más hacia una suspensión del autogobierno de Cataluña, en una crisis que amenaza la estabilidad del país y tiene a Europa preocupada.


Ayer por la mañana venció el plazo definitivo para que el presidente catalán, el separatista Carles Puigdemont, aclarara si había proclamado la independencia en una confusa sesión celebrada en el Parlamento catalán.


Sin responder directamente, Puigdemont afirmó que “si el Gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo y continúa la represión, el Parlament de Cataluña podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de independencia que no votó el día 10”.


El jefe de gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, no se dio por satisfecho y convocó para mañana un consejo de ministros extraordinario para avanzar en los trámites que permitirán intervenir la administración catalana.


El gobierno busca aplicar “el artículo 155 de la Constitución para restaurar la legalidad en el autogobierno de Cataluña”, señaló un comunicado, en referencia al artículo que permite ejercer las competencias de una autonomía en caso de que ésta incumpla la ley.


Previsiblemente, una eventual intervención generará fuertes movilizaciones, mientras la incertidumbre sigue impactando en la economía: más de 900 empresas sacaron su sede social de Cataluña y el gobierno central rebajó su previsión de crecimiento para 2018 al 2,3%.


Rajoy viajó ayer a Bruselas para participar en una cumbre europea, donde debía recibir un “mensaje de unidad” con España, según adelantó el presidente francés, Emmanuel Macron.


Resultado de imagen para Rajoy avanza en el intento de intervenir el gobierno de Cataluña


En el debate entró incluso el presidente ruso Vladimir Putin, cuyo país sufre sanciones de la UE por haberse anexionado la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014.


Refiriéndose a Cataluña, Putin criticó el “doble rasero” de la diplomacia europea frente al fenómeno del secesionismo, e incidió en que si bien los europeos aplaudieron la independencia unilateral de Kosovo, no hicieron otro tanto con Crimea.


El artículo 155 requiere una adopción en el Consejo de Ministros y la subsiguiente aprobación del Senado español, que podría reunirse en los últimos días de octubre.


El trámite prolongado “permite que los actores tengan más margen de maniobra para una eventual negociación”, dijo a AFPTV el politólogo Pablo Simón, mientras el gobierno central gana tiempo para “ver si se resquebraja la unidad dentro del bloque independentista y finalmente van a elecciones” regionales.


El 155, nunca usado a fondo en España, podría dar lugar a que el gobierno central asuma la dirección y gestión de Cataluña, la destitución de dirigentes y la toma de control por ejemplo de su policía, los Mossos d'Esquadra.


La UE apoya a Madrid pero no mediará


El reto independentista en Cataluña se trasladó ayer a la cumbre europea en Bruselas, donde los mandatarios de la UE, encabezados por Francia y Alemania, cerraron filas con su par español Mariano Rajoy y descartaron una eventual mediación europea.


“No hay espacio para ningún tipo de mediación o iniciativa internacional”, indicó en rueda de prensa el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de una primera sesión de trabajo en la cumbre, donde la situación en Cataluña “no está en [la] agenda”.


Las instituciones europeas han reiterado desde el anuncio por parte del gobierno catalán de la celebración de este referéndum de independencia, suspendido por la justicia española, que esta crisis es un “asunto interno” de España, así como su respeto al marco legal de este país miembro del bloque.


Posibles escenarios ante la grave crisis


La suspensión de autonomía: Cataluña está profundamente dividida con respecto a la independencia, pero los separatistas en el poder buscan declarar la secesión sobre la base del referéndum de autodeterminación inconstitucional del 1 de octubre. Dicen estar legitimados por sus resultados, que no pueden ser verificados: 90,18% por el sí, con una participación del 43%.


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El gobierno conservador de Mariano Rajoy anunció de su lado que buscará volver a tomar el control de la situación con la intervención de la autonomía de la región, una decisión sin precedentes desde el fin de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975).


Elecciones: El miércoles, fuentes gubernamentales en Madrid explicaron que una convocatoria a elecciones regionales por parte de Carles Puigdemont llevaría al gobierno a renunciar a una suspensión de la autonomía.


Puigdemont se encuentra entre dos fuegos: dentro de la coalición heterogénea que lo llevó al poder (conservadores, izquierda republicana e izquierda radical), algunos se muestran cautos y otros le animan a seguir adelante con la independencia.


Unas elecciones podrían permitirle dar marcha atrás sin ser “humillado”: Los catalanes podrían entonces votar para dar su opinión. Y Madrid podría también aprovechar para hacer campaña.


La calle, factor determinante


Según los sondeos, los independentistas serían entre un 40% a 50% de los habitantes de la región. Y muchos no separatistas se sienten desde hace años “humillados” por la política de los conservadores, que obtuvieron en 2010 la anulación parcial de un estatuto que confería amplias competencias a la región.


España ya vivió en el País Vasco, con 2,2 millones de habitantes, 40 años de agitación social en medio del combate por la independencia de la organización armada ETA. ¿Puede ocurrir algo parecido en Cataluña, con 7,5 millones de habitantes? Hasta ahora las manifestaciones se han mantenido pacíficas.


La presión externa. Ni Mariano Rajoy ni Carles Puigdemont pueden ignorar las presiones del exterior: responsables europeos preocupados, inversores extranjeros, bancos y agencias de calificación.


También la batalla se libra en el terreno de la imagen, ya que los separatistas juegan la carta de la “democracia contra la represión de Madrid”, mientras el gobierno central se esfuerza por explicar que los derechos de los catalanes no independentistas también han sido violados al haber sido privados de un debate profundo sobre la independencia.



Fuente: AFP

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