19/02/2017

El vicepresidente de EE.UU. habló en Alemania ante la élite político-militar mundial en representación de Trump, con palabras a la vez tranquilizadoras y exigentes.


El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, aseguró ayer que el compromiso de Estados Unidos en el seno de la OTAN era "inquebrantable”, en un discurso destinado a los aliados, preocupados por los comentarios del presidente Donald Trump.


“El presidente me ha pedido estar hoy aquí (...) para transmitir el mensaje de que Estados Unidos apoya firmemente a la OTAN y que seremos inquebrantables en nuestro compromiso con la Alianza Atlántica", aseguró Pence durante la Conferencia sobre Seguridad de Múnich.


Pence, que hablaba por primera vez ante la élite político-militar mundial, aseguró en su discurso de unos 20 minutos que se expresaba en nombre del presidente estadounidense.


“Siempre seremos sus mayores aliados”, afirmó, y recordó los valores comunes de “democracia, justicia, estado de derecho” compartidos por Estados Unidos y sus socios europeos.


Pence, solemne y pausado, reiteró no obstante las exigencias de Washington de una mayor contribución financiera por parte de sus aliados de la OTAN.


“La defensa europea exige tanto nuestro compromiso como el de todos ustedes (...)", pero “la promesa de repartir la carga hace mucho que no se cumple”.


“El presidente Trump espera de sus aliados que cumplan con su palabra” en materia de gastos militares, pidió. Esto también está en sintonía con lo expresado en el foro por el nuevo secretario de Defensa, James Mattis: "Si sus países no quieren ver a Estados Unidos reducir su nivel de compromiso con la Alianza, cada una de sus capitales debería mostrar apoyo a nuestra defensa común", ha explicado el veterano general, perfectamente consciente de la marejada que causa en el Viejo Continente la nueva retórica estadounidense.


Más aun cuando la Casa Blanca busca enfáticamente normalizar sus relaciones con el Kremlin y después de la dimisión fulminante de Michael Flynn como consejero de Seguridad del presidente Trump por haber mentido acerca de sus contactos con representantes rusos.


Washington pide desde hace tiempo que los europeos gasten en defensa tanto como Estados Unidos, en proporción a su riqueza. Trump ha amenazado varias veces con retirarse de la Alianza si los Estados miembros incumplen sus obligaciones.


Los ministros alemán, francés y británico de Defensa consideraron legítima esta posición.


“Vamos a hacer los esfuerzos necesarios (...) Alemania conoce sus responsabilidades”, aseguró, antes de que Pence hablara, la canciller Angela Merkel, al iniciar la jornada de debates en la reunión.


La canciller llamó a los países a resistir ante la tentación de repliegue en sí mismos para enfrentarse a las amenazas globales, en un momento en que los llamamientos al nacionalismo ganan fuerza en Occidente. “En un año en el que afrontamos increíbles desafíos (...) ¿seguiremos actuando juntos o caeremos en roles individuales? Los exhorto a que juntos consigamos un mundo mejor”, dijo.


Pence cerró en la víspera una semana de esfuerzos para tranquilizar a los aliados de Washington en Europa sobre las intenciones de Donald Trump respecto a cuestiones como la relación con Rusia y el vínculo transatlántico.


Después de que el secretario de Defensa, James Mattis, afirmara que la OTAN era “fundamental” para Estados Unidos y que el secretario de Estado, Rex Tillerson, matizara la voluntad de acercamiento de Washington con Moscú en una reunión del G20, llega el turno de Pence.


El vicepresidente “tuvo a su cargo presentar las prioridades estadounidenses para la relación trasatlántica en nombre del presidente (Trump), durante la Conferencia de Múnich”, indicó un consejero de la Casa Blanca. “Estamos aquí para tranquilizar a Europa sobre su papel de socio indispensable”,  añadió el consejero. Un mensaje que Pence repetirá en Bruselas hoy y mañana.


El discurso de Pence procuró disipar las dudas de los europeos, que se sienten desorientados por la actitud de Trump, quien en las últimas semanas celebró el éxito del Brexit, dando a entender que quería ver una disolución de la Unión Europea (UE), defendió medidas proteccionistas y aislacionistas y calificó la OTAN de “obsoleta”, antes de reafirmarle su apoyo.


También desestabilizó a sus socios al abogar por un acercamiento con Rusia, para posteriormente dar una aparente marcha atrás a raíz de la dimisión de su consejero de Seguridad Nacional, acusado de haber mentido sobre sus vínculos con Moscú.


El senador republicano John McCain reconoció que Trump “se contradice a veces” y pidió prestar más atención a "lo que hace el presidente que a lo que dice”.  Varios responsables europeos aprovecharon el viernes la reunión anual sobre seguridad en Múnich para recordar la importancia del respeto de los valores democráticos, de la relación transatlántica y de la precaución respecto a Rusia.


La ministra alemana de Defensa, Ursula van der Leyen, advirtió a Washington contra cualquier discurso que afecte a la “cohesión” europea. “Una UE estable interesa a Estados Unidos”, señaló.



La ministra también insistió, así como los presidentes polaco y ucraniano, en el peligro de confiar demasiado en la Rusia de Vladimir Putin.


Van der Leyen subrayó asimismo que la guerra contra el “terrorismo” no podía convertirse en “una guerra contra el Islam”, haciendo referencia al controvertido decreto migratorio del presidente estadounidense, percibido por muchos como islamófobo.


Además, destacó la importancia del respeto de los valores occidentales y del rechazo de cualquier justificación de la tortura, en referencia a las declaraciones de Trump sobre este tema.


Múnich concentra a los think-tank de la seguridad


La Conferencia de Seguridad de Múnich es una plataforma mundial única de las élites internacionales sobre política de seguridad. No hay otro lugar del mundo que  reúna a tantos representantes de gobiernos y expertos en seguridad.


La Universidad de Pennsylvania, de Estados Unidos, situó la Conferencia de Seguridad de Múnich por cuarta vez consecutiva como el mejor evento de “tanques de pensamiento” (think tank) del mundo.


Su importancia no reside solo en el programa. Más significativo que eso es la posibilidad que tienen los actores políticos de encontrarse de manera informal en pasillos y diversos espacios, conocerse, compartir información, redefinir sus posiciones y fijar líneas rojas.


Se calcula que asistieron más de 500 participantes de alto rango procedentes de todo el mundo.  El Informe de Seguridad de Múnich publicado antes del encuentro lleva por título “¿Post-verdad, Post-Occidente, Post-orden?”. 


Multitudinaria marcha por los refugiados en Barcelona


Bajo el lema “Basta de excusas, recibamos ahora”, unos 160.000 ciudadanos se manifestaron en las calles. Quejas porque solo han llegado mil exiliados.


Unas 160.000 personas se manifestaron el sábado en Barcelona, según la policía municipal, al grito de “¡No más excusas!” para reclamar que España acoja “ahora” a los miles de refugiados que se comprometió a recibir en 2015.


La alcaldesa de la segunda ciudad de España, Ada Colau, pidió a los manifestantes “llenar las calles” en esta marcha llamada “queremos acoger” (“volem acollir”, en catalán).


Hacia la la tarde española,  decenas de miles de personas abarrotaban las calles del centro, muchas de ellas vestidas de azul, para formar una “marea”, de la que emanaban pancartas con el lema de la concentración: “no más excusas, ¡acojamos ahora!”.


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En virtud de los compromisos con la Unión Europea, España debía recibir unos 16.000 candidatos de asilo admitidos ya en otros países, desde 2015. Pero solo 1.100 llegaron hasta ahora.


Jacint Comelles, ceramista de 62 años, se manifestó en Barcelona con su familia y amigos. “En la Comunidad Europea se acordó acoger a un número determinado de refugiados pero, en realidad, se ha hecho muy poco, especialmente en España”, dijo a la AFP.


“Reclamamos un mínimo de dignidad”, continuó, “que al menos ese número de refugiados pueda venir”, pedía este manifestante, asegurando que “en Cataluña, todo esta preparado para recibirlos”.


El desfile estaba organizado por la plataforma “Nuestra casa es vuestra casa” (“Casa nostra casa vostra”, en catalán”). Según su página web, fue lanzada por “un grupo de personas independientes que trabajan en el campo de la comunicación” en Cataluña (noreste) y que se encontraron en mayo de 2016 en los campamentos de refugiados, en la frontera entre Grecia y Macedonia, donde acudieron para trabajar o para colaborar de forma voluntaria.


La manifestación del sábado estuvo apoyada por la mayoría de los partidos políticos, sindicatos y entidades de Cataluña, según los medios españoles.


Al final de la marcha, Oriol Amorós, secretario de Igualdad del gobierno catalán, dirigido por los independentistas, deseó que los Estados europeos escuchen este “clamor” y que el gobierno español “reconsidere su posición” y conceda visados.


“Es la manifestación más grande que se ha hecho en Europa en defensa de los derechos de los refugiados”, recalcó Amorós.


El miércoles, la presidenta de la diputación provincial de Barcelona, Mercè Conesa, dijo públicamente que consideraba “vergonzoso” que “España solo haya acogido a mil refugiados.


Junto a los alcaldes de otras ciudades de Cataluña, Conesa pidió a la Comisión Europea que “comience a sancionar de manera severa” a los países que no cumplen con los compromisos adquiridos de acogida.


 



Fuente: AFP


 

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