Es el hijo del presidente de la UEFA; sus vínculos le permitieron tomar un rol preponderante en Sudamérica; acusado de corrupción, fue quien orquestó la amnistía a los clubes "por el Centenario de la Confederación".
La Confederación Sudamericana de Fútbol intenta cambiar su imagen. Una foto que se deterioró, casi a punto de romperse. Que mostró la peor cara, deteriorada tras los escándalos del FIFAGate del año pasado, y convive con una puja entre restauradores de un viejo orden aggiornado y los 'revolucionarios' que proponen un cambio más radical.
En la última elección de Conmebol, del 26 de enero en Asunción, esta división quedó expresada en los dos candidatos: el paraguayo Alejandro Domínguez de un lado y el uruguayo Wilmar Valdez enfrente.
Finalmente, el actual presidente de la AUF, sin el respaldo de Argentina y Brasil, decidió dar un paso al costado y permitió la unanimidad en Asunción para ungir al tercer paraguayo como presidente de la Confederación Sudamericana luego de las experiencias de Nicolás Leoz y Juan Ángel Napout.
En esta línea de conducción de la entidad que reúne a las diez asociaciones sudamericanas en la flamante sede de Asunción hay un denominador común español: Gorka Villar, asesor letrado primero y luego director general de Conmebol, desde diciembre de 2014.
Este español nacido hace 41 años en Bilbao marca el pulso y los tiempos de una Confederación a la que desembarcó como una de las últimas herencias de Julio Grondona, fruto de la eterna hermandad con su padre, Ángel María Villar, actual presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y vicepresidente primero de la UEFA.
Corto de expresiones, más bien reacio a cualquier tipo de explicaciones coyunturales o generales, Gorka representa el personaje ideal para una Confederación que transita el oscurantismo y tiene decisiones controversiales como "la medida de gracia del Centenario", que redujo las penas para equipos y jugadores en la antesala del inicio de la Copa Libertadores.
Hábil gestor político y degustador insaciable del poder, Gorka Villar tuvo como maestros de gestión en su desembarco en Sudamérica al mismísimo Grondona, el paraguayo Nicolás Leoz, los brasileños José María Marín, Ricardo Teixieira, el uruguayo Eugenio Figueredo, el venezolano Rafael Esquivel y los argentinos José Luis Meiszner y Eduardo Deluca.
De vínculo estrecho con Alejandro Burzaco ( Torneos), padre e hijo Jinkins ( Full Play) y José Hawilla ( Traffic), Gorka Villar ahora se encuentra tratando de reestablecer una nueva red de contención, mientras todos los anteriormente mencionados investigados con el FIFAGate.
Desde el cimbronazo de Zúrich en mayo pasado, se ha transformado en una persona ya no solo de consulta sino de acción en la Conmebol y fue uno de los artífices para generar el consenso para la llegada de Domínguez.
Sin embargo, una denuncia interpuesta en 2013 por varios equipos y por la Mutual Uruguaya de Futbolistas lo pusieron en jaque: que este mes comparecerá ante el fiscal Juan Gómez, en Montevideo. Fue uno de sus mentores, Eugenio Figueredo, quien en su declaración aceptó haberse beneficiado durante 20 años con coimas, blanqueo de dinero y extorsiones en el fútbol sudamericano.
Gorka Villar es indicado como el orquestador de una "organización criminal" para estafar a los clubes y despojarlos de parte de sus derechos de retransmisión televisiva a través de una maniobra extorsiva.
El diario paraguayo ABC Color denunció que a mediados de diciembre pasado, a raíz de esta acusación, Gorka Villar ingresó en la sede de la Conmebol junto a otros tres funcionarios administrativos "en actitud sumamente sospechosa para destruir evidencias que lo vinculan con el escándalo en la FIFA".
El periódico paraguayo, que por pedido de las fuentes las mantuvo en anonimato, reveló que antes de salir de la sede de Luque, el director general intimidó al jefe de seguridad y le dijo: "Estoy seguro de que usted no vio absolutamente nada el día de hoy"; una semana después removió todo el personal de seguridad y limpieza.
Esta situación irregular tuvo como corolario una factura a nombre de Gorka Villar por 525.000 dólares por "servicios prestados a la Asociación": las depedencias administrativas de la Conmebol la pagaron inmediatamente
El futuro de este español en Sudamérica es incierto porque si bien parece estar contra las cuerdas, sus vínculos con el poder tanto en este continente como en Madrid, Zúrich o Nyon (sede de la UEFA) permiten poner un signo de interrogación sobre su caída.
Fuente: Canchallena